Holandeses, belgas, eslovenos y eslovacos se desmarcan del suplicatorio a Puigdemont
Los votos fugados
El levantamiento de la inmunidad del expresident se decidió ayer por una mayoría sólida, casi el 60% de los votos emitidos, pero inferior a la contundencia con que suelen aprobarse estos procedimientos
El levantamiento de la inmunidad de Carles Puigdemont se decidió ayer por una mayoría sólida, casi el 60% de los votos emitidos, pero inferior a la contundencia con que suelen aprobarse estos procedimientos en el Parlamento Europeo. La razón evidente es que no es un suplicatorio como los demás, lleva encima una carga política que pesa mucho para algunas fuerzas políticas y especialmente, detalle importante, en algunos países. Esta es la explicación complementaria de por qué algunos votos de los tres grandes grupos y también de ECR se fugaron hacia el no o la abstención.
La posición de populares, socialistas y liberales a favor del suplicatorio debía garantizar el sí, y así fue. Sin embargo, se produjo un escape de votos que fuentes parlamentarias atribuyen en buena parte a los representantes de cuatro países, Bélgica, Holanda, Eslovenia y Eslovaquia. En el caso de Bélgica,
Puigdemont tiene como aliado a la N-VA, el primer partido del país, y buena sintonía con el resto de formaciones flamencas.
Puigdemont: “El Parlamento Europeo ha perdido y también ha perdido la democracia europea”
Los diputados de estos cuatro países entre los populares, socialistas, liberales y ECR suman 55 escaños, que son los que podrían haberse distanciado de la posición general de sus grupos. Este es el cálculo que hacen fuentes parlamentarias, y en interpretación nos quedamos porque el voto era secreto. No precisan en qué grupo se ha producido un número mayor de fugas. Sin embargo, es significativo que mientras que populares y liberales adoptaron una posición oficial a favor, los socialistas no discutieron la posición a tomar. Algunos interpretan que su presidenta, Iratxe García, no quería tensionar al grupo con un debate sobre el suplicatorio.
Por otro lado, fuentes españolas destacan que a escala del pleno se han sumado prácticamente el mismo porcentaje de votos a favor que en la comisión de Asuntos Jurídicos, a pesar de que en dicha comisión hay una presencia más numerosa de diputados españoles (5 de 25) que la que se registra en el pleno (59 de 705).
Esta no es la lectura que hace Puigdemont. Los porcentajes dan para muchas interpretaciones y la de los tres afectados es que estamos ante una derrota aritmética pero también una victoria política porque da a conocer más en Europa el conflicto catalán. Si por parte del Gobierno español valoran el casi 60% de votos favorables como un respaldo a la solidez del Estado de derecho, los tres independentistas consideran que un 42% de votos no favorables al levantamiento de la inmunidad (suman el no y la abstención) es un mensaje a España de que “así no” se hacen las cosas.
Aquí chocan de frente las dos interpretaciones. “Los problemas de Catalunya se resuelven en España, no se resuelven en Europa. En la línea que ha mantenido el Gobierno tendiendo la mano a todas las fuerzas políticas catalanas para buscar una solución a través del diálogo y la negociación”, dijo la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, que reaccionó a los pocos minutos de saberse el resultado de la votación. Se notaron ganas de marcar el relato ya de entrada.
A esto, Puigdemont replica que ha sido un día triste para Europa. “Hemos perdido la inmunidad, pero el Parlamento Europeo ha perdido más, y como consecuencia, también ha perdido la democracia europea”, argumentó Puigdemont, que considera que la eurocámara está atrapada en la estrategia política y parlamentaria del Gobierno español. Puigdemont, Comín y Ponsatí no se rinden y presentarán recurso al Tribunal de Justicia de la UE. ¿Sus argumentos? Que en el procedimiento no se han seguido todas las garantías, lo que incluye que no han contestado a todas sus preguntas, no han traducido todos los documentos y han concentrado los tres suplicatorios en un solo ponente, el búlgaro de ECR, Angel Dzhambazki, a quien Puigdemont califica de amigo de Vox.
“Han conseguido lo que querían políticamente, que es levantar nuestra inmunidad, pero a qué precio para el Parlamento Europeo y para la imagen de España. Lo que quisiéramos es que la justicia española se acercara más a Europa, y no nosotros acercarnos más a España”, dijo Puigdemont en referencia a la posibilidad de acabar extraditado.
Ayer Nigel Farage, artífice del Brexit, publicaba en su Twitter una foto con Puigdemont y calificaba de “horrible” el tratamiento recibido que, en su opinión, era por su condición de “euroescéptico”.