Junts da la batuta a ERC pero avisa que no sumarán con los comunes
14-F
Sànchez pide un acuerdo de legislatura estable con los republicanos y la CUP
Junts per Catalunya cedió este domingo la primera posición en el independentismo y ayer lo corroboró entregando a ERC la batuta. “Les toca coger la iniciativa, nosotros estaremos atentos a su propuesta” fue el mensaje. Lejos de atrincherarse, Junts invitó a Esquerra a mover ficha. No solo le corresponde, sino que es su responsabilidad, concedían ayer desde JxCat. Incluso su candidata, Laura Borràs, avanzó que no tienen “ningún inconveniente” en investir a Pere Aragonès. La idea que trataron de transmitir es que más allá de la carrera particular entre partidos, el 14-F fue un triunfo general del independentismo. Y si se gestiona como tal, no pondrán obstáculos. Otro gallo cantaría si se miran los resultados desde una óptica no estrictamente independentista, añadieron también los de Carles Puigdemont.
“Nos consideramos ganadores”, comenzó el secretario general de Junts, Jordi Sànchez. “El independentismo alcanzó uno de sus hitos pendientes: lograr el 50% de los votos”, argumentó seguidamente. Una “oportunidad histórica” que Junts avisa que no se puede obviar. “Ahora es responsabilidad nuestra asumir este mandato y que este 51% de votos independentistas se materialice”, siguió Sànchez.
Para los de Puigdemont solo hay una vía posible: un “acuerdo amplio de legislatura” entre ERC, Junts y CUP. Sànchez se cuidó mucho de no hablar de pacto de gobierno y es que para Junts lo sustancial es poder acordar con ERC y la CUP un rumbo estable para la legislatura. De hecho, el expresidente de la ANC aseguró que la configuración del ejecutivo “no debe ser la principal variable”. “La clave es la mayoría parlamentaria y esta depende de las tres formaciones independentistas”, añadió Sànchez. En cualquier caso, tanto Sànchez como Laura Borràs deslizaron un par de avisos a ERC: “En la anterior legislatura JxCat ganó por dos escaños y propuso un gobierno al 50%”, recordó la candidata. “Todo el mundo sabe cuáles son las reglas del juego y esta legislatura tiene elementos muy simétricos con la anterior, pero si acordamos el qué, el quién y el cómo no serán un problema”, añadió el secretario general. Sànchez quiso además vincular en todo momento a la CUP –“son la fuerza independentista que realmente tiene un crecimiento muy importante”–, aunque dejó en manos de lo que decidan los anticapitalistas su entrada o no en un eventual ejecutivo.
Presidencia republicana
Borràs manifiesta que no tiene “ningún inconveniente” en investir a Aragonès
El mensaje con ERC y la CUP quiso ser en todo momento conciliador. “Seguro que las relaciones serán sólidas y fluidas”, aventuró Sànchez, que también auguró que “se podrá cerrar este acuerdo de legislatura en breve porque no hacerlo sería muy difícil de justificar”. “Junts no pondrá líneas rojas”, aseguró. Un tono, eso sí, que cambió por completo al abrir el foco más allá del “triángulo” con ERC y la CUP, ante la expectativa de los republicanos de explorar un acuerdo con En Comú Podem. Aquí se acumulan todas las líneas rojas antes ausentes: “Junts trabajará solo para formar un gobierno independentista. Punto y final”, advirtió Sànchez. Límite que ya fijaba Laura Borràs en campaña al señalar las diferencias entre un Govern “nítidamente independentista”, como quieren, y otro “solo con independentistas”. Si otras formaciones como los comunes se suman puntualmente, como con los presupuestos del 2020, bienvenidos serán, pero para Junts la política del próximo ejecutivo catalán debe pivotar alrededor de un acuerdo parlamentario que circunscribe solo a JxCat, ERC y CUP.
De hecho, desde el partido de Puigdemont puntualizan que el 14-F refuerza al independentismo en su conjunto y no tanto a una estrategia concreta, como la denominada vía amplia de Esquerra. En esta línea, Sànchez apuntó ayer que la noche electoral del domingo mantiene el “empate técnico” entre los de Puigdemont y los de Oriol Junqueras. “35.000 votos y un escaño no es un elemento de desequilibrio entre las diferencias estratégicas entre ERC y Junts, al contrario, legitima a cada una de las formaciones a mantener el compromiso con sus elementos de identidad”, sostuvo el secretario general de Junts.
En su análisis de los resultados, Junts se congratuló por lo conseguido sin derechos electorales y enfatizó su victoria en más de la mitad de municipios de Catalunya. Mantuvo su dominio en Girona –con más de 10 puntos porcentuales de distancia respecto a ERC– y resistió al frente en Lleida –aunque los republicanos se les acercaron a punto y medio tras quedar a más de cinco en el 2017–, pero Junts cedió aún más terreno del habitual en las zonas urbanas de Tarragona y Barcelona y, especialmente, el área metropolitana –repitió su tercer lugar en ambas circunscripciones, pero alejándose de Esquerra–.
Avanzar en el ‘procés’
JxCat llama a aprovechar la “oportunidad histórica” de alcanzar el 50%
Sin embargo, todo examen de los números lleva al PDECat y sus 77.000 votos sin representación parlamentaria. Y es que cosechando poco más de la mitad de ellos la película sería diametralmente diferente en las filas de JxCat. “Los datos son evidentes, pero no podemos mirar atrás, creo que la decisión de tirar adelante Junts fue la acertada”, replicó Sànchez, eso sí, lamentando que ya avisaron en campaña que los votos hacia el PDECat no obtendrían representación parlamentaria. “Trabajaremos para que en un futuro cualquier persona halle en JxCat su papel y que no se pierdan votos independentistas”, exhortó Sànchez, reiterando la “transversalidad” de un partido con sensibilidades democristianas y socialdemócratas.