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Las regiones europeas piden tener voz en los fondos Covid

Revertir los efectos de la pandemia

Catalunya, Valencia, Baleares y Euskadi están en la iniciativa

Aragonès y Serret, en la rueda de prensa telemática ofrecida ayer

Departament de Vicepresidència / ACN

Catalunya, Valencia, Baleares y Euskadi encabezan la iniciativa de hasta veinticuatro regiones europeas de nueve estados diferentes para participar y ser incluidas en el diseño y la implementación de los fondos de recuperación de la Unión Europea (UE) que han de servir para revertir los efectos de la pandemia de la Covid-19. Una iniciativa que consiste en una carta dirigida a los máximos responsables de las instituciones europeas –la Comisión Europea, el Consejo Europeo, el Parlamento Europeo y el Comité Europeo de las Regiones– en la que reclaman tener “voz propia” en la “toma de decisiones” y en la “gestión de los fondos europeos”.

“La crisis de la Covid-19 no entiende de fronteras nacionales, pero los diferentes territorios afrontan retos diferentes, y las medidas subestatales son cruciales para evitar una estrategia de recuperación uniforme en los estados miembro, así como para fortalecer la cooperación transfronteriza”, subraya la misiva que ayer presentaron en rueda de prensa telemática el vicepresidente del Govern, Pere Aragonès, el conseller de Acció Exterior, Relacions Institucionals i Transparència, Bernat Solé, y la delegada de la Generalitat ante la UE, Meritxell Serret. La carta reivindica, de hecho, que los gobiernos de los territorios regionales europeos han gestionado la lucha contra el coronavirus y lo han hecho eficazmente, motivo por el cual se han ganado el derecho a participar en las negociaciones de los fondos de recuperación y su visión es, en palabras del también conseller de Economia, “imprescindible, indelegable e insustituible”.

El Govern recupera la estrategia de vindicar el papel de los entes subestatales en la construcción de la UE

Además de Catalunya, Valencia, Baleares y Euskadi, el documento lo firman Baden-Württemberg, Baviera, Hessen (Alemania), Emilia-Romaña, Tirol del Sur, Lazio (Italia), Occitania, Nueva Aquitania (Francia), Flandes, Valonia (Bélgica), Tirol, Baja Austria, Vorarlberg (Austria), Aland (Finlandia), Bjelovar-Bilogora, Varazdin, Medimurje, Krapina-Zagorje, Koprivnica-Krizevci (Croacia) y Wilekopolska (Polonia). Y todas estas regiones consideran que “los territorios estamos listos, dispuestos y capacitados para contribuir a una estrategia de recuperación de la UE que dé respuesta a los retos que conjuntamente tenemos que afrontar”, porque “Europa solo podrá salir más fuerte de la crisis si sus territorios, actuando en línea con sus competencias, tienen los medios necesarios para implementar políticas dinámicas”.

Más allá del contenido estricto de la carta, la iniciativa significa también en el caso de Catalunya recuperar en parte la capacidad de liderazgo que había tenido entre el conjunto de las regiones de Europa, sobre todo en la época en que Jordi Pujol presidía tanto la Generalitat como la Asamblea de las Regiones de Europa (ARE) a finales del siglo XX, y que después, a excepción de algunas actuaciones de Pasqual Maragall, había caído prácticamente en el olvido. La idea era entonces defender desde Catalunya que las regiones debían ser pieza fundamental en la construcción europea, un testigo que quiso recoger Solé al remarcar que la nueva alianza regional “constata el liderazgo que Catalunya quiere ejercer en el ámbito europeo”.