Cargos del gobierno del PP sopesaron otra operación Catalunya en el 2017
Las operaciones parapoliciales de la era Rajoy
El comisario García Castaño dijo que Cospedal le avisó de la misión “clandestina”
Febrero del 2017. Para entonces, en Catalunya ya se hablaba de un referéndum de autodeterminación. Mientras tanto, en Madrid se vivía una guerra interna dentro de la Policía tras hacerse pública una conversación entre Jorge Fernández Díaz y el jefe de la Oficina Antifrau de Catalunya, Daniel de Alfonso, en el despacho del primero cuando todavía era ministro del Interior. La primera cabeza que rodó por aquel suceso fue la de Enrique García Castaño, alias El Gordo , máximo responsable de la unidad central de apoyo operativo (UCAO) de la Comisaría General de Información,
el departamento que se encarga de seguimientos, escuchas, grabaciones y otros cometidos delicados en relación con la seguridad del Estado y sus instituciones. Sustituyó a Fernández Díaz Juan Ignacio Zoido, quien decidió hacer una limpia cuando comenzaron a conocerse las andanzas del comisario José Manuel Villarejo, quien solo unos meses después acabaría en prisión incondicional por orden de la Audiencia Nacional.
Sin embargo, la salida de García Castaño de la UCAO era solo de cara a la galería, o eso le prometieron a él. El Gordo guardaba muchos secretos que podían hacer caer al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y a todo su equipo. Como se descubrió después, y sostienen los investigadores, este comisario habría sido el encargado de montar un equipo para robar al extesorero del PP Luis Bárcenas información comprometida que guardaba de diversos dirigentes del partido. Además, según varias conversaciones grabadas, El Gordo se habría quedado una copia de aquel material.
Por eso, tal y como le aseguraron a él, el secretario de Estado de Seguridad en aquel momento, José Antonio Nieto, tenía preparado para él una nueva misión: montar de nuevo, y de forma “clandestina” una suerte de nueva operación Catalunya. Así se lo aseguró, según el propio policía, la entonces ministra de Defensa y secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal , y así se lo explicó al antecesor de Nieto, Francisco Martínez, el único cargo político investigado hasta ahora en el marco de la operación Kitchen. “Me encontré con la Cospe y su marido, me dijeron que el tema se tenía que haber arreglado ya, que hablaría conmigo. Según el ses [secretario de Estado de Seguridad] ya dio la orden que me cambiaran y de forma clandestina volviera a montar el tema catalán. No se si fiarme”.
De esta conversación, a la que ha tenido acceso La Vanguardia , se desprende el malestar que tenía García Castaño por su destitución. “Si saco el pendrive de Bárcenas, ¿qué pasa?”, le preguntaba a Martínez. “Nos matarán a todos”, exclamaba el exsecretario de Estado, a quien también habían destituido tras la salida de Fernández Díaz en noviembre del 2016. “Yo ya no me fío de ‘naiden’”, le decía en aquella conversación mantenida por mensajería el 15 de febrero del 2017.
García Castaño, ‘El Gordo’
“Cospe me dijo que se había dado la orden de que volviera a montar el tema catalán”
Dos días después, El Gordo habló con Villarejo, quien tenía claro lo que debía hacer, chantajear al Gobierno: “Yo le habría dicho, dile al ministro que le busco la ruina y al secretario de Estado (...) Os busco la ruina a todos, y al primero al barbas [en referencia a Mariano Rajoy]. ¡A tomar por culo! Yo que tú macho, con toda la información que tienes. No me jodas tronco. ¡Si lo tienes todo! (...) Una operación para quitarle a Bárcenas los papeles que comprometían al presidente. Yo que tú sacaba los dientes”.
No hablan de otra cosa que de la operación Kitchen, un operativo “parapolicial” para robar información sensible a Bárcenas, tal y como lo ha definido el juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón.
Y tal y como se desprende de la conversación, ésta no fue la única actuación de Policía fuera de la legalidad y sin control judicial. El “tema catalán” que pretendían montar de nuevo ya se inició en el 2012, también con Villarejo como uno de los protagonistas. Éste mismo ha reconocido en varias grabaciones que desde el Gobierno se utilizaron fondos reservados para atacar a líderes independentistas catalanes, como ocurrió con la familia Pujol o su sucesor Artur Mas. Y según le dijeron a García Castaño, pretendía volver a repetir la conocida operación Catalunya, en esta ocasión para frenar el envite del president Carles Puigdemont al Estado, con el anuncio del referéndum. En febrero del 2017 el ambiente ya estaba caldeado. Semanas antes, el entonces senador de ERC Santi Vidal ya había dicho públicamente a los catalanes que el “Govern tiene todos vuestros datos fiscales” y que se habían logrado de manera ilegal. Desde el Ejecutivo catalán fantaseaba con lograr la independencia de Catalunya de manera unilateral y los jueces y fiscales iniciaban las primeras pesquisas para tratar de averiguar si se estaba incumpliendo la ley.
Los papeles de Bárcenas
Villarejo alentó un chantaje: “Os busco la ruina a todos y al primero al ‘barbas’”
Meses antes, en septiembre del 2016 Puigdemont se había comprometido a “referéndum o referéndum” en el plazo de un año. Finalmente, la consulta se celebró el 1 de octubre del 2017 y el día 27 de ese mismo mes se declaró unilateralmente la independencia de Catalunya lo que llevó a prisión a los miembros del Govern, excepto el expresidente y cuatro exconsellers que se marcharon del país antes de que la Fiscalía presentara la querella por rebelión, lo que ha impedido juzgarles junto al resto en el Tribunal Supremo.