Guerra de vicepresidentes por la ley de Violencias Sexuales

Podemos acusa a Carmen Calvo de boicotear la iniciativa de Igualdad y la vicepresidenta aduce que la norma arrastraba problemas de “fundamentación jurídica”

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Los vicepresidentes del Gobierno, Carmen Calvo y Pablo Iglesias en el Congreso de los Diputados.

Ballesteros / EFE

La ley de Violencias Sexuales ha puesto fin al idilio entre PSOE y Unidas Podemos en el Gobierno. Los morados acusan a la vicepresidenta Carmen Calvo de sabotear la iniciativa estrella del ministerio de Igualdad, que dirige Irene Montero, por celos políticos, usando al ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, como palanca. La vicepresidencia primera del Gobierno, por su parte, justifica que se ha introducido “la mejor fundamentación jurídica posible” a la norma, para blindarla ante posibles recursos

En los últimos días, desde los departamentos de Calvo y Campo han menudeado las filtraciones que ponen en cuestión la calidad técnica de la norma del ministerio de Irene Montero, dinamitándola antes de ser aprobada, según fuentes gubernamentales, ocultando que el motivo último de esas objeciones es que “Calvo no perdona a Pedro Sánchez que Montero sea ministra de Igualdad”.

La vicepresidencia primera niega que exista una “pugna partidista” entre el PSOE y Unidas Podemos

Desde el departamento de Calvo, no obstante, niegan que se hayan puesto obstáculos o impedimentos al anteproyecto de ley de Libertades Sexuales que el Consejo de Ministros aprueba este martes, o que exista una pugna partidista entre el PSOE y Unidas Podemos al respecto. “Esta es una ley del Gobierno, y la asume todo el Gobierno”, recalcan.

Pero sí aseguran que se ha intentado, “como en todos los textos legislativos que llegan al Consejo de Ministros”, que tenga “la mejor fundamentación jurídica posible”, de tal manera que después no pueda peligrar si la derecha lo recurre ante los tribunales.

Esta tesitura que ha provocado un choque frontal entre Calvo y el vicepresidente de Derechos Sociales y Agenda 2030, Pablo Iglesias. “Carmen Calvo descuida sus obligaciones como vicepresidenta y da problemas a Pedro Sánchez con su socio de gobierno con tal de impedir que el ministerio de igualdad haga su trabajo”, explican desde la vicepresidencia de Derechos Sociales.

Calvo se ha convertido en un problema para la coordinación del Gobierno, denuncian desde el lado morado del ejecutivo

Las hostilidades comenzaron hace dos semanas, cuando el ministerio de Justicia retuvo la norma, según aducían los morados, porque Campo prefería que el cambio del Código Penal en lo relativo a los delitos de agresión sexual y abuso –la llamada doctrina del “solo sí es sí”– esperase hasta que él presentase su reforma del Código Penal, para mitigar así el impacto mediático de la modificación del tipo penal de sedición.

Entonces, la intervención del vicepresidente Iglesias desbloqueó la situación y ratificó el compromiso del Gobierno de presentar esta norma antes del 8-M, evitando que la sangre llegara al río. Pero las hostilidades no han cesado. Calvo “le hace la vida imposible a Irene Montero, intentando recortar, cambiar y retrasar sus leyes bajo la excusa de que tienen problemas técnicos”.

Desde la vicepresidencia primera aseguran que la ley ha seguido “el procedimiento habitual” y niegan haberla obstáculizado

En general, estas dilaciones y obstáculos solo afectan a las leyes que proceden del lado morado del Gobierno, mientras las iniciativas socialistas van sobre raíles al Consejo de Ministros, denuncian. El papel de Calvo en la dirección de la Comisión General de Secretarios de Estado y Subsecretarios, que es la que da el visto bueno a los asuntos que deben ser aprobados y decide la agenda del Consejo de Ministros, es determinante, en este sentido.

“Este es un Gobierno de coalición, pero uno solo”, advierten desde la vicepresidencia primera. “Y esta es una norma de todo el Gobierno, que según el procedimiento habitual ha recibido las aportaciones de todos los ministerios implicados”, aseguran sobre las matizaciones que ha introducido en el texto el ministro Juan Carlos Campo.

“Este es un gobierno de coalición, pero uno solo”, subraya el departamento de Calvo

Las objeciones que Calvo y Campo ponen a la ley, explican fuentes de Igualdad, atañen a su negativa a la habilitación de juzgados especializados en violencia sexual que propone la norma o a la asistencia gratuita a las víctimas, y por otra parte, desde Justicia proponían que la clave para interpretar una agresión sexual fuese “el animo libidinoso del agresor”, lo que desde Igualdad consideran un paso atrás.

Aduciendo esos “problemas técnicos”, Calvo pretende recortar la ley más ambiciosa del departamento de Montero y mascarón de proa de las políticas feministas del Gobierno de coalición, sospechan en el ministerio. “La vicepresidenta se ha dedicado a torpedearla sin motivo, mientras en Justicia han dado reiterados plantones al departamento de Montero cuando ha intentado desbloquearla”.

Igualdad acusa a Calvo y Campo de usar argumentos “viejos y machistas” para atacar a Irene Montero

En Unidas Podemos están furiosos, además, con las filtraciones y maledicencias del departamento de Calvo, que han dado a entender que la ministra de Igualdad “por ser mujer y joven no se sabe redactar leyes” un argumento “viejo y machista que ya se usaba contra Unidas Podemos cuando llegó al parlamento y demostramos que éramos los más rigurosos y trabajadores”, señalan fuentes de Unidas Podemos, donde la irritación es aún mayor que en el seno del Gobierno.

Desde el ejecutivo señalan que “las expertas que han redactado la ley tienen más prestigio en esta materia que la vicepresidenta Calvo, el ministro Campo y todo el gobierno junto”.

“Nadie se entiende con Calvo, ni siquiera los ministros socialistas” protestan desde la vicepresidencia morada

“La ley de libertades sexuales supone la superación del paradigma de la ley 1/2004 y a pesar del respeto con el que Unidas Podemos ha tratado esa ley, Calvo no puede soportarlo”, señalan las mismas fuentes, que se quejan de que el trabajo facilitador de la vicepresidenta política se ha convertido en un obstáculo para la coordinación de departamentos.

“Nadie se entiende con Carmen Calvo, ni muchos ministros de su propio partido”, protestan. Así las cosas, el Consejo de Ministros, se reúne este martes con un ambiente tenso, las espadas en alto y la coordinación entre los dos vicepresidentes principales, Iglesias y Calvo en sus horas más bajas.

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