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El efecto Puigdemont mantiene el pulso y gana en Europa

Elecciones 26-M

JxCat cede terreno municipal pero resiste en sus principales feudos territoriales

Quim Torra escucha la intervención de Puigdemont por videoconferencia en la sede electoral de JxCat

Emilio Morenatti / AP

A JxCat siempre le queda Carles Puigdemont. El tirón electoral del expresidente de la Generalitat ha reanimado este domingo a una marca construida en torno a su figura con un balsámico triunfo en las elecciones europeas. Y es que tras el resbalón de los pasados comicios generales, a lo que se ha agregado este domingo otro bache municipal en el cómputo global del territorio catalán, a los posconvergentes sólo les quedaba una bala para no quedar relegados en el tablero independentista: el factor Puigdemont, que ya les situó por encima de ERC en las autonómicas el 21-D de 2017 y ahora repite al vencer con un más de un millón de votos que les concede dos escaños en la Eurocámara: junto al expresident entra el exconseller Toni Comín, no así la también exconsellera Clara Ponsatí, que se quedó a unos 60.000 sufragios de sellar el triplete con el que soñaba la formación posconvergente. “Entraremos al Parlamento Europeo y diremos, somos los del 1-O y hemos ganado las elecciones en Catalunya”, ha celebrado Puigdemont desde Bruselas, donde se desplazó una nutrida representación de JxCat. “Al inicio las encuestas nos daban cero escaños y hemos ganado en las cuatro demarcaciones y en la ciudad de Barcelona”, ha reivindicado el expresident.

Ya los avisaban en las filas de JxCat tan pronto salieron del horno los resultados del 28-A: este es un ciclo electoral a dos vueltas. Y el segundo partido se juega en Europa, cabía añadir, un escenario en el que Puigdemont juega en casa. Desplazado a Bélgica desde hace un año y medio, el expresident ha aprovechado su proyección exterior, el autodenominado “trabajo en el exilio” –entre él, Comín y Ponsatí han pisado siete países de la Unión Europea (UE) en campaña– para erigirse como la voz del proceso soberanista catalán en Europa. Una voz que este 26-M se tradujo en votos.

El tirón electoral del expresident

Puigdemont ha cosechado el doble de votos en las europeas que los firmados por JxCat en las generales

El medio millón de sufragios cosechado hace un mes por JxCat se ha duplicado este domingo para rebasar la barrera del millón. Una cifra que también se ha quedado por encima de los 850.000 sufragios firmados hace un lustro en las europeas de 2014 por CiU en coalición con PNV y Coalición Canaria –300.000 votos llegaron entonces desde fuera de Catalunya. La apuesta en solitario por una candidatura en clave catalana le ha funcionado en estos comicios de circunscripción única. De hecho, Puigdemont ha arañado 40.000 papeletas en el resto del Estado.

En Catalunya, la formación posconvergente ha bebido, y mucho, de ERC, a lo que ha añadido sorbos, seguro, de fuentes de la CUP. De hecho, si se pone la lupa en la comparativa entre municipales y europeas, se aprecia que en Barcelona, por ejemplo, la marca europea de JxCat ha triplicado los votos de la candidatura municipal. Un tono que tiene su eco en toda Catalunya y contra la que no ha servida la insistente campaña “dos urnas, un mismo voto” de JxCat por arrastrar apoyos de Puigdemont a las municipales.

Elecciones 26-M

JxCat defendió la “muy buena noche del independentismo” tras rozar, junto a ERC, el 50% en las europeas y que los republicanos hayan ganado en Barcelona

En todo caso, y pese al evidente cara a cara dentro del ring independentista, Puigdemont insistió una y otra vez en campaña que el 26-M no era un duelo entre él y Junqueras, y que al otro lado del cuadrilátero quien había era el Estado español. “En la fotografía de país es una muy buena noche del independentismo”, ha valorado Elsa Artadi, desde la sede electoral, al destacar “el 50% de votos independentistas” en las elecciones europeas. “Habrá dos exiliados y un preso político en el Parlamento Europeo”, ha seguido la exconsellersa y actual número dos de JxCat por Barcelona para pronosticar “el intenso trabajo que se hará ahora desde dentro de las instituciones”.

Más allá de la defensa de la herencia del 1-O, JxCat ha hecho una campaña de tono muy europeísta. Es por ello que ayer uno de los análisis que hizo la candidatura enfocaba a todo el panorama de la UE. “En contraste con nuestros buenos resultados, manifestamos nuestra inquietud por el incremento de fuerzas de la extrema derecha en Europa”, manifestaba Toni Comín. Ante ello, ha defendido a JxCat como “bastión del europeísmo”.

Con todo, y pese a ceder terreno en número de votos y concejales totales, JxCat resiste, sin estridencias y sin tapar la herida de otras contiendas electorales, en el examen municipal. No obstante, sigue siendo la fuerza que se ha impuesto en más municipios, aunque por debajo de las franja de los más de 400 ayuntamientos que asumió en 2015 –eran más de 500 en 2011–. En este sentido, más allá de su pobre resultado en la capital catalana, ha conseguido ser la fuerza más votada en sus principales feudos locales: Sant Cugat del Vallès, Girona, Vic, Igualada y, especialmente, Reus, la ciudad con más habitantes donde gobernaba. De hecho, la localidad reusense marca una pauta que se repite a lo largo del mapa tradicional del espacio convergente: aguanta al frente, pero pierde fuerza. “Es un buen resultado territorial”, ha resumido el presidente del PDECat, David Bonvehí, para avanzar que “estarán a disposición de los gobiernos de progreso nacional y social”. Entre las pérdidas destacadas se sitúa La Seu d’Urgell y, por apenas un puñado de votos, Manresa. JxCat se queda, además, sin presencia en el pleno municipal de la segunda ciudad en población de Catalunya, l’Hospitalet de Llobregat, y entra, como última fuerza, en las dos siguientes: Terrassa y Badalona.

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