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El relato del “miedo” que pasó la secretaria judicial el 20-S hora a hora

Juicio del ‘procés’

Montserrat del Toro detalla su preocupación durante el registro de la conselleria de Economia que le hizo incluso pedir un helicóptero para salir

Catalunya | Juicio del ‘procés’, las testificaciones en directo

Imagen tomada de la señal institucional del Tribunal Supremo de los jueces del Tribunal Supremo que enjuician el ‘procés’.

EFE

“Tuve preocupación todo el día y miedo a partir de las 21:30 horas cuando vi lo que había fuera”. La secretaria judicial Montserrat del Toro ha detallado de manera minuciosa cómo vivió la actuación de entrada y registro junto a la Guardia Civil el pasado 20 de septiembre de 2017, en la Conselleria de Economia. Del Toro ha desvelado que fue consciente desde las 9:00 de la mañana de la aglomeración de gente que se amontonaba frente a la entrada de la sede del Govern, pero no fue hasta las 21:00 horas cuando vio, desde la azotea, hasta dónde se extendía la multitud.

En su relato pormenorizado y cronológico ha desvelado que su primera idea para salir del edificio era reclamar un helicóptero, pero las circunstancias del lugar no lo permitían. Después ha recordado que le ofrecieron tres vías de salida que rechazó por inseguras y que, finalmente, el juez de instrucción del caso, que causalmente ese día estaba de guardia, ordenó al mayor Trapero que la sacara de allí en media hora. Finalmente, una comitiva de los Mossos llegó para hacerla salir por la azotea hacia el edificio contiguo, el Teatro Coliseum.

8:00 horas

“Entramos en la conselleria de Economia. Los tres vehículos de la Guardia Civil se dejaron en la puerta, para que el trayecto fuera el más corto posible para nosotros. Nadie nos daba razón de dónde estaban las cosas”.

9:00 horas

“Sobre las 9 de la mañana, cuando aún estábamos esperando en la planta baja, veo que se empieza a aglomerar mucha gente. Vi un incidente desagradable desde la puerta: un joven se acercó al guardia civil que permanecía en la puerta y le puso una bandera muy cerca de la cara, le grita algo y me da la sensación de que le escupe. En una hora tenía visos de que se iba a desbordar la situación”.

“Pese a que era un registro judicial nadie intentó ponerse en contacto conmigo. Todas las comunicaciones se hicieron a través del responsable de la investigación, el teniente de la Guardia Civil”.

“El teniente de la Guardia Civil se entrevista con la intendente de los Mossos, la señora Laplana para reclamar refuerzos, pero esta lo consideró innecesario y que no se tenía que producir ningún altercado del orden público. Iniciamos el registro por el despacho de la señora Vidal Roca”.

10:00 horas

“A las 10:00 se oye mucho ruido de la concentración de fuera. Ya me dicen que hay miles de personas”.

11:30 horas

“Sobre las 11:30 horas se oye megafonía. Decían ‘no saldrán’ y ‘no pasarán’. Los agentes me aconsejaron que no asomara a la ventana porque desde el edificio de enfrente había gente con cámaras”.

13:00 horas

“Sobre las 13:00 horas decidimos ir al despacho de la señora Garriga, que creo que estaba en la octava planta. A esa hora, ninguno de los detenidos había llegado. Me dijeron que no se podía acceder al edificio”.

“No podíamos hacer ningún receso y nadie había podido acceder a nada pero comenté a un agente si había posibilidad de ir a por algo de comer y me dijeron que era imposible. Si la gente veía llegar a un pizzero sabrían que era para nosotros y no podían poner en peligro a nadie”.

16:30 horas

“Desde las 16:00 horas de la tarde no podíamos mantener contacto con el exterior porque los móviles estaban colapsados. No había whatsapp porque los repetidores estaban colapsados por la cantidad de gente en el exterior. No podía llamar al magistrado ni a nadie”.

“A las 16:30 horas seguíamos en el despacho del señor Jové y llegó un guardia civil con algunos bocadillos a repartir. Pregunté cómo lo había hecho y me dijo que una mossa d’Esquadra le había entregado esa comida porque se había apiadado de nosotros”.

A esa hora hubo un ruido grande, como un tumulto, pregunté qué estaba pasando y me dijeron que había entrado el señor Junqueras. No preguntó por mi, y como su despacho no era objeto de registro no tenía interés para mi”,

19:00 horas

“Sobre las 19:00 horas identifico la voz de la señora Forcadell fuera. No pude verla pero fue la única voz femenina que yo escuché. Volví a oír frases y palabras sueltas como ‘Votarem’, ‘ni un pas enrera...’”.

“Pasadas las 19:00 horas empezamos el último registro, el despacho de la Sra. Martínez Martos”.

20:40 horas

“Finalizado el registro hacia las 20:40. Teníamos todo lo requerido. Las actas judiciales y documentación en cajas”.

21:15 horas

“Subí a la azotea con los registros terminados. Me dijeron: ‘no subas porque no merece la pena’. Subí y comprobé que mi petición inicial de pedir un helicóptero no era viable porque estaba lleno de antenas”.

“Muchas plantas abajo un mar de gente, que era lo que nos esperaba en la salida principal. Tomé fotos de lo que se veía desde allí arriba para incorporarlas a las incidencias al día siguiente y dar cuenta al magistrado instructor y a los organismos que yo consideraba. La gente se extendía por las calles perpendiculares, hasta Plaza Catalunya”.

21:30 horas

“Sobre las 21:30 tomé las fotos y bajé al atrio porque el teniente de la Guardia Civil se entrevistaba con los señores Jordi Cuixart y Jordi Sànchez. Es la primera vez que se me habla del sr. Cuixart”.

“Puedo observar que hay gente que entra y sale por la puerta principal y por la lateral. Observo que la gente que entra y sale exhibe un carnet azul o uno de color blanco. Eran personas vestida de paisano”.

21:50 horas

“Me retiro a la derecha y oigo un ruido tremendo, una avalancha, y en el exterior veo gente que queda aplastada contra el cristal de la puerta principal. Veo una botella que alguien habría tirado contra el cristal y voy al despacho donde hablaban el señor Sànchez, Cuixart y el teniente de la Guardia Civil”.

“Me resguardo. No quería que nadie me identificara. Primero salió el señor Sànchez, luego Cuixart. Vi cómo una persona con un micrófono de TV3 les seguía preguntando. El teniente de la guardia civil cabizbajo, me hace que no con la cabeza. Me comenta que el señor Sànchez le ha dicho que no podía hacer nada para retirar a tanta gente, que no se podían retirar. Imposible.

Ofertas para salir

“Tuve tres ofertas para salir siempre a través del responsable de la Guardia Civil, supongo que para protegerme. La primera: que saliera sola por la puerta principal custodiada por dos agentes de los Mossos, agentes normales, que me acompañarían hasta que ellos consideraran que no había más gente, fuera al metro y regresara como pudiera. Ni la contemplé. Era inadmisible. No había pasillo ninguno. Soy parte de la comisión judicial y de la misma forma que entré debía salir y viendo lo que había visto y fotografiado, no era una opción segura”.

“En la segunda oferta, con las mismas premisas, se me formaba un pasillo de civiles y yo podía salir no sé hasta dónde. No sé si con custodia policial, pero por las mismas razones que rechacé la primera, rechacé la segunda. No ofrecía ningún tipo de seguridad para mi integridad física, ni como persona ni como profesional”.

“La tercera: en vez de un pasillo de civiles, habría sido formado un pasillo por agentes de la Brimo. Siempre por la puerta principal. Sólo podía ser transitado por mí porque no podían asegurar la integridad física ni de los agentes de la guardia civil, ni de lo intervenido. Ni como persona, ni como profesional podía permitirse. Dije que no”.

Llamada al magistrado instructor

“El agente de la guardia civil me dijo que no había más opciones y dije que sólo podía recurrir al magistrado instructor señor Ramírez Sunyer, que era el que estaba de guardia de incidencias porque había tenido que sustituir al que le tocaba. Descubrí que los móviles volvían a tener cobertura en el interior del edificio alejándonos de Rambla Catalunya. Le dije: ‘Me tienes que sacar de aquí’ y me lo garantizó.

“Llamaron a Trapero, le dieron media hora para sacarme de allí. Advirtieron al sr. Trapero que debía poner todos los medios y que del modo que fuera se me permitiera la salida con la documentación y el acta de registro. No se podía haber sacado por la puerta principal porque eran cajas.

23:30 horas

“Sobre las 23:30 horas, en la zona donde se puede tener contacto telefónico aparecen dos hombres no uniformados, dicen que son Mossos y que han recibido una orden de Trapero y que habían buscado una salida alternativa. Me ofrecen la salida por el teatro contiguo. En la segunda planta hay un acceso a una azotea que permite el acceso a la azotea del teatro. Podíamos salir hasta Gran Vía aprovechando el final de una función, mezclados entre el público. Me acompañarían ocho mossos no uniformados”.

“Siempre me piden que me oculte para que la gente de los edificios contiguos no nos vean. Vamos hasta un murete de un metro o algo así. Me ayudaron a saltarlo y al mirar hacia abajo veo que el suelo del teatro es más alto y me descuelgo. Vamos a los camerinos, estamos más de media hora porque el responsable del teatro se había arrepentido. Los mossos le convencen, cruzamos el teatro, que estaba vacío. El público había salido y solo quedaban los actores. Salimos con ellos”.

La salida

“Salimos junto con algunos actores y corriendo porque a menos de dos metros estaba la manifestación. Fuimos hasta el primer vehículo no logotipado oculto entre dos furgonetas sí logotipadas de los Mossos”.

“Preocupación y miedo”

“Tuve preocupación todo el día y miedo a partir de las 21:30 horas cuando vi lo que había fuera”.