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España se juega la convivencia

El nuevo curso político

El año comienza con el PP dando coba a un vídeo que deseaba la muerte de Sánchez

Parlamento Europeo. Durante el mes de mayo tendrán lugar unas elecciones europeas del todo decisivas para el futuro de la Unión Europea

Patrick Seeger / EFE

El año empieza con nervios. Muchos nervios. La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, puso ayer en manos de la Fiscalía un vídeo redistribuido por el Partido Popular en Twitter en el que se desea la muerte del presidente Pedro Sánchez, mediante un juego de palabras en la carta de un niño a los Reyes Magos.

El PP borra el tuit del escándalo, y el Gobierno, indignado, lo lleva a la Fiscalía

(Abriendo marco. La distribución masiva de mensajes ingeniosos, punzantes, transgresores y en muchas ocasiones insultantes constituye uno de los principales alicientes de las redes sociales. Las redes son combate permanente. Individualidad, enjambre y jauría. Espacio libertario y comunidades sectarias. Campo de batalla, terreno de juego, torneo de ingenios, refugio de la soledad, saco de boxeo, estanque de Narciso, baile de máscaras, circuitos cerrados y dimensión desconocida, puesto que en los debates de mayor envergadura suelen intervenir dispositivos robotizados. Ágora y Matrix. Las redes son adictivas. Los neurólogos sostienen que su uso continuado modifica las capacidades cerebrales, provocando cambios en los neurotransmisores. Darwin en acción. El cerebro se está intentando adaptar a un flujo de información nunca antes conocido en la historia de la humanidad. En el libro La plaza y la torre (2018), el ensayista escocés Niall Ferguson sostiene, sin embargo, que la tensión entre la jerarquía y las redes humanas no es nueva. Detrás de la Reforma protestante y la Ilustración, argumenta, ya hubo redes, más lentas e incluso secretas. De los masones a Facebook. Algunos politólogos asustados sostienen que las actuales redes acabarán reventando los estados nacionales. Se cierra el marco y volvemos a la Epifanía).

El vídeo con la carta del niño deseando la muerte de Sánchez corrió como la pólvora y acabó asustando al Partido Popular. Lo borraron y pidieron disculpas. El autor del montaje, el humorista Ignacio de la Puerta, también se asustó: “No tengo la culpa de que el Partido Popular comparta mi vídeo”. El PSOE afeó el gesto del PP. “Hasta aquí hemos llegado”. Los presidentes autonómicos socialistas –con la significativa excepción de Susana Díaz– salieron a la palestra para expresar su apoyo al presidente del Gobierno.

El PSOE trabaja para aparecer como factor moderador en un país electrizado

La muerte de Sánchez empieza a ser una imagen recurrente en el debate público. Su defenestración en el PSOE fue leída en septiembre del 2016 como una segunda entrega de la novela Asesinato en el Comité Central, de Manuel Vázquez Montalbán. Resucitó y al cabo de un año era investido presidente tras ganar la moción de censura a Mariano Rajoy. Un individuo de extrema derecha con un arsenal en casa fue detenido el pasado mes de septiembre en Terrassa después de haber comentado en un bar que proyectaba matar a Sánchez. Ayer un vídeo sugiriendo con falso ingenio la muerte del presidente socialista tentó al equipo de comunicación del PP, partido cuya dirección trabaja desde hace semanas con el marco mental de Vox.

Un buen regalo de Reyes a las personas interesadas por la política podría haber sido Miedo. Trump en la Casa Blanca, del periodista Bob Woodward, uno de los dos reporteros del célebre caso Watergate. Woodward cuenta cómo el equipo de Hillary Clinton picó el anzuelo que les lanzó Steve Bannon, el jefe campaña de Donald Trump. Bannon promocionaba la emisión de constantes mensajes injuriosos en las redes sociales. Insultos, bulos y noticias falsas para provocar el enfado de los demócratas y la indignación de los medios de comunicación tradicionales, que veían asaltada la cultura liberal. El enfado de los liberales agrandaba el magnetismo de Trump ante los norteamericanos que se sienten perdedores en la nueva dinámica de las cosas –“¡jodeos!”–, sin disgustar del todo a los republicanos bien establecidos. Hillary Clinton no era apta para ese tipo de combate. Trump ganó mediante una guerra cultural de nuevo tipo que ha perforado la herencia de Barack Obama, basada en la corrección formal y el lenguaje progresista. Un tipo delgado, impecable, de oratoria perfecta. El campeón de las minorías sumadas. Estamos hablando del combate del siglo.

El influjo de Vox es cada vez más visible en la dirección del Partido Popular

Si Calígula es elegido emperador, cien mil calígulas florecen en provincias. La presidencia norteamericana siempre marca tendencia. Eso es lo que está recorriendo Europa, donde el terreno ya estaba abonado por la lenta decadencia del Estado protector. Y eso es lo que ha entrado en España por la puerta de Andalucía. “Nosotros, primero”. Eso también explica, digámoslo todo, algunos comportamientos en la Catalunya siempre abrigada bajo la manta progresista. El trumpismo y España. Este será el gran tema del 2019.

Parlamento de Andalucía. El desenlace del cambio de mayoría electoral en Andalucía es en estos momentos un factor decisivo

Raúl Caro / EFE

Año electoral. Año de altísimo voltaje. El tuit de ayer fue una epifanía. Elecciones municipales, autonómicas (en trece comunidades) y europeas, el domingo 26 de mayo. Lo local y lo global de una sola tacada. El resultado de esa triple competición puede condicionar seriamente el desenlace de las elecciones generales, si estas son convocadas más tarde, en octubre, o a principios del 2020.

La fecha de las generales: ese es el gran enigma del año. En medios socialistas se especula con que se hagan coincidir con el superdomingo de mayo. Todo a una carta, bajo el signo del gran debate político e ideológico que tendrá lugar en toda Europa. Todo a una carta, para provocar la máxima movilización ciudadana, con la que el PSOE cree posible la victoria. Algunos dirigentes territoriales socialistas que aún sueñan con unas elecciones locales o regionales poco “contaminadas” por el debate general son refractarios a la acumulación de convocatorias. La respuesta al enigma la tiene Pedro Sánchez y no es seguro que en estos momentos él mismo la conozca.

La fabricación del cambio en Andalucía se complica; temor escénico en Cs

La epifanía ya la conocemos: la deseada muerte del adversario. Ahora viene el pórtico. Doble pórtico: la gestión del cambio en Andalucía y el juicio en el Tribunal Supremo a doce dirigentes independentistas, encabezados por Oriol Junqueras, líder de Esquerra Republicana, el partido que en estos momentos encabeza todos los sondeos en Catalunya.

Andalucía y Catalunya, de nuevo entrelazadas, como ya ocurrió en los momentos más decisivos de la transición. El momento Tarradellas en octubre de 1977 y el momento 28 de febrero de 1980, cuando los andaluces decidieron en las urnas que no querían una autonomía de segunda. Cuarenta años después, el 47,5% de los catalanes vota opciones independentistas y el 11% de los andaluces ha entregado el mango de la sartén a un partido trumpista que, entre otras cosas, propone la abolición de las autonomías.

La posibilidad de repetición electoral en Andalucía es remota, pero existe

El juicio a los líderes independentistas, que empezará entre finales de enero y principios de febrero, volverá a situar la cuestión de Catalunya en el circuito informativo internacional. Volverá a ser el centro del obsesivo debate público español y tensará los sentimientos y las emociones en Catalunya, en vísperas de las elecciones municipales de mayo. En ese delicado contexto, los partidos soberanistas (ERC y PDECat) que dieron apoyo a la moción de censura en mayo deberán decidir si votan a favor de los presupuestos generales del Estado del 2019, cuya aprobación daría una apreciable bombona de oxígeno a la izquierda española: al PSOE, pero también a Podemos. El Partido Nacionalista Vasco, muy preocupado por la evolución del cuadro político, ya se ha pronunciado en favor de una “mayoría en positivo” alrededor de los presupuestos. En el independentismo catalán hay división. ERC ha comenzado a lanzar la consigna de frenar a Vox, los moderados del PDECat quieren pactar, el hombre de Bruselas no quiere pasar a un segundo plano, y los “jóvenes turcos” del independentismo, formados algunos de ellos en el club liberal de Lluís Prenafeta, más los arrabbiati que dicen sentirse traicionados por la ausencia de Maidán (insurrección cívica ucraniana) en octubre del 2017, llaman a romperlo todo. Una Catalunya trentista, con muchas facciones y subfacciones en lucha, a las que ahora se suma la voz de Manuel Valls, candidato a la alcaldía de Barcelona, pidiendo a Ciudadanos que no haga ningún trato con Vox.

Ayuntamiento de Barcelona. Las elecciones municipales de mayo tendrán como principales escenarios las ciudades de Madrid y Barcelona

LVE / LVE

Manuel Valls pide a Ciudadanos que bajo ningún concepto pacte con Vox

Andalucía es ahora la clave de todo el juego posterior. Vox ha elevado sus exigencias, apuntando a la ley contra la violencia de género (escandalizar: táctica Bannon), el PP, asustado ante la posibilidad de una repetición electoral, intenta mediar, mientras Ciudadanos estudia los sondeos.

Habrá otro pórtico: la celebración feminista del 8 de marzo. Atención al mes de marzo. España se juega este año 2019 muchas cosas, la principal de todas, la convivencia.