* La autora forma parte de la comunidad de lectores de La Vanguardia
En mi último viaje a Madrid visité el Museo Lázaro Galdiano y entre las obras descubrí Meditaciones de San Juan Bautista (1490), obra del pintor neerlandés Hyeronymus Bosch, conocido como “El Bosco”.
En el Museo Nacional de El Prado, me detuve ante el sugestivo cuadro El carro de heno (1500) o El infierno de los vicios. En sus obras presenta el mundo de los deseos y los temores humanos. Es uno de los pintores con más fantasía y marcado arte pesimista, con aterradoras representaciones del infierno, que hace referencia a las actitudes morales y los conceptos religiosos de finales del medievo.
Su obra se sitúa en la transición de la Baja Edad Media al Renacimiento, en un momento de grandes tensiones ideológicas y religiosas (corrupción interna del clero, sectas heréticas, nuevas corrientes de pensamiento neoplatónico). Sus pinturas reflejan esos conflictos.
El Bosco
Jeroen van Aken o Hieronymus Bosch, conocido como El Bosco (1450 en Bolduque, Países Bajos - 09-08-1516, en Bolduque), pertenecía a una familia de artesanos. Su formación tuvo lugar probablemente en el taller familiar. Formó parte de la Cofradía de Nuestra Señora, institución de carácter laico fundada en 1318 en la que ingresó e intervino activamente.
El Bosco trabajó en la decoración de la capilla que la organización poseía en la colegiata, hoy catedral de San Juan y realizó diversas obras por encargo de la hermandad, entre ellas un tríptico para su retablo.
La Cofradía de Nuestra Señora, que existe todavía, tenía en la época de El Bosco un carácter marcadamente espiritual. Los hermanos que no procedían de la élite de la ciudad, ascendían gracias a su formación.
Hacia el año 1500, obtuvieron la afiliación como jurado, de manera excepcional, artistas como el maestro arquitecto Jan Heyns, el músico Simon van Couderborch y el pintor El Bosco.
'Las meditaciones de San Juan Bautista'
Se desconoce la cronología de su producción artística. En la primera época fueron obras más convencionales. Las meditaciones de San Juan Bautista (1490) corresponde al panel izquierdo del retablo de la Hermandad de Nuestra Señora de Bolduque.
La escena representa a San Juan Bautista tendido sobre una roca apoyado sobre el brazo izquierdo, envuelto en el color rojo de la pasión, meditando en soledad con los ojos semicerrados en plena naturaleza.
En el exuberante paisaje, El Bosco introduce extrañas formaciones geológicas y raras especies animales y vegetales nacidas de su imaginación. La inquietante planta trepadora que crece junto al santo, una pasiflora o flor de la pasión, oculta la figura de un orante y anuncia la Pasión de Cristo.
Su fruto encierra semillas rojizas de las que se alimenta un pájaro, símbolo del alma cristiana, aludiendo a las gotas de sangre que brotaron de las heridas de Cristo, en clara referencia a la Eucaristía. San Juan Bautista señala hacia un cordero como camino de la salvación.
En el centro de su trayectoria artística se sitúan sus realizaciones más famosas. Una serie de creaciones abarrotadas de figuras, al margen de la iconografía de la época y ambientadas en paisajes imaginarios y repletos de elementos fantásticos y monstruosos, como demonios o figuras mitad humanas y mitad animales,
'El carro del heno'
Una de sus obras tardías, El carro de heno, hacia 1510-1515, se presenta como un resumen de las obras de El Bosco. Es un tríptico realizado en óleo sobre tabla en el que representa la vida humana como un viaje lleno de vicios y tentaciones. Inscribe el simbolismo del heno en una alegoría enmarcada por los actos principales de La Creación y una representación del infierno.
Representa a un peregrino acechado por los peligros del viaje, como el perro que le está atacando y se defiende con un bastón. Más abajo, hay huesos de animales.
Un campesino toca la gaita sentado al pie de un árbol, donde también podemos observar un crucifijo en un pequeño altar. Cerca de él, se encuentra la lujuria, representada por una pareja que baila al compás de la música.
- A la izquierda:
El ala izquierda del cuadro está dedicada a la Creación, el pecado y a la expulsión de Eva y Adán del paraíso. Muestra cuatro episodios distintos: en lo alto, la caída de los ángeles rebeldes, que mientras se precipitan cambian de forma y asumen el aspecto de sapos e insectos. Más abajo está la creación de Eva a partir de una costilla de Adán. Aún más abajo y a la derecha está el Pecado original con la serpiente con cabeza de mujer y manos con garras.
Finalmente, la expulsión del paraíso terrenal está coronada por una planta con espinas y varios frutos, uno de ellos picoteado por un pájaro como símbolo de lujuria, mientras el cardo simboliza las tentaciones de los sentidos.
- A la derecha
En el ala de la derecha presenta el infierno y el castigo de los pecados. El infierno se representa como una ciudad incandescente, con diablos dedicados a la construcción de una torre, quizá en referencia a la bíblica torre de Babel. Se repiten aquí los incendios de estructuras, tan típicos en la obra del Bosco.
- Parte central
El panel central muestra una escena de un carro de heno. Está basado en un texto del profeta Isaías, que habla de "como los placeres y las riquezas del mundo se parecen al heno de los campos que se secan pronto y aún más pronto se acaban". Lo simboliza como algo efímero.
En lo alto del carro, mientras una pareja de campesinos se besa, símbolo de la lujuria, es observada por una lechuza, que simboliza la herejía o la ceguera humana. Tres personajes se dedican a la música, y un hombre observa la escena a cuya derecha un demonio azul con nariz de trompa y cola de pavo real, símbolo de la vanidad, participa de la melodía.
Mientras a la izquierda un ángel se vuelve hacia el Cristo en el cielo en posición de rezar. La lechuza y el demonio pueden entenderse como la lisonja y el engaño. Guiando el cortejo que sigue al carro están el rey de Francia, el Papa y el Emperador.
Este carro de heno, está tirado por siete bestias, fieras y monstruos donde se ven pintados hombres medio leones, otros medio perros, otros medio osos, medio peces, medio lobos, símbolos todos y figura de la sociedad; late la lujuria, la avaricia, la ambición, la bestialidad, la tiranía, la sagacidad y la brutalidad.
La escena puede estar basada en el proverbio flamenco que reza: "El mundo es un carro de heno, del cual cada uno toma lo que puede".
El Bosco fue un artista que desafió los límites de su tiempo y creó obras que aún hoy nos cautivan y perturban. Su estilo único y su visión inquietante del mundo lo convierten en uno de los grandes maestros del arte medieval.