El salón de restaurante convertido en cine París

La Mirada del Lector

El emprendedor Martín Pagés abrió el cinematógrafo en la Rambla, frente al Liceo, para captar comensales

La parte de delante del Liceo donde estaba el restaurante y el cinematógrafo París.

La parte de delante del Liceo donde estaba el restaurante y el cinematógrafo París.

Jesús Fraiz Ordóñez / http://labarcelonadeantes.com/

* El autor forma parte de la comunidad de lectores de La Vanguardia

Las personas mayores recordarán como cine París a un local situado en la avenida Portal de l'Àngel 11 – 13, inaugurado el 21 de junio de 1928 y que cerró sus puertas en 2007 para, tras ser derribado, albergar una tienda de ropa. Pero, anteriormente, a primeros del siglo XX, Barcelona inauguró su primer Cinematógrafo París.

Fue construido en la antigua Rambla del Centro o de los Capuchinos, número 5, en los bajos del Restaurante Martín, frente al teatro Liceo. Fue un proyecto de Martín Pagés, hombre emprendedor que en julio de 1881 había decidido ampliar el negocio.

El restaurante, que hasta entonces había tenido en los bajos, lo trasladaría al primer piso, para lo cual lo arrendaría a sus propietarios y en el antiguo restaurante de la planta baja ubicaría dos salones espaciosos y varios gabinetes adornados y decorados de manera conveniente para poder celebrar pequeñas reuniones familiares o de empresa.

Con la llegada del apogeo del cinematógrafo a la ciudad, Pagés tuvo una nueva idea: ubicaría en uno de los salones el nuevo invento del cine.

El salón tuvo el escueto nombre de Cinematógrafo, su idea era dar un servicio de ocio a sus clientes, a la vez que captaba nuevos comensales para su restaurante.

Pasados unos meses, su pista como empresario cinematográfico se perdió durante un tiempo, hasta que conoció a Fructuós Gelabert que, tras largas conversaciones, hace que Pagés vuelva a invertir en el cinematógrafo.

Su idea era dar un servicio de ocio a sus clientes, a la vez que captaba nuevos comensales para el restaurante

Fructuós Gelabert, que fue uno de los primeros pioneros del cine catalán, en 1897 había rodado la película Riña en el café con una cámara que se había construido él mismo, ve en Martín la persona indicada para poder adentrarse en el mundo del cine.

Nuevamente el local sufrió una transformación para presentar una sala mucho más moderna, que es inaugurada el 27 de diciembre de 1903, como el nuevo Cinematógrafo París, según un anuncio en La Vanguardia en su página 9.

La inauguración resulta un éxito apoteósico que lo reafirman cinco días más tarde, el día de Año Nuevo, estrenando María Antonieta. Nuevamente la prensa comenta los buenos comentarios del público.

Es tal la fama que rodea al cinematógrafo que la propia Academia Científico-Mercantil decide, en febrero de 1904, impartir todos días festivos una serie de conferencias sobre Medios para mejorar pacíficamente la condición de las clases obreras.

El 1 de octubre, entre otras películas, presentaron la vista en un viaje en tren desde Londres a Liverpool. El 15 diciembre anunciaba la nueva proyección de actualidad única en España, Profecías de la guerra Ruso Japonesa, realizada en color.

La unión de Pagés y Gelabert hace que este último pueda dar salida a sus inquietudes cinematográficas. 1905 fue un año en que el Cinematógrafo París se consolido como un cine que ofrecía temas que en aquellos tiempos se apartaban de los demás cines, con proyecciones diferentes y que por aquel entonces resultaban nuevos.

En marzo presentó la película en color El rosal maravilloso, un documental que trataba sobre la floración de los rosales que tuvo un sorprendente éxito.

En octubre presentó el film El palacio de las mil una noches y estrenó Travesuras del marmitónLos tranvías del porvenir y Viaje irrealizable.

En el año 1906 los éxitos fueron continuados. Proyectaban documentales que enseñaban lugares que hasta entonces solo se conocían a través de fotografías fijas y ellos presentaban el lugar con el movimiento natural y esto era un impacto para el público ávido de sensaciones nuevas.

Proyectaban documentales que enseñaban lugares que hasta entonces solo se conocían a través de fotografías

La película que más impactó fue el documental de las Cataratas del Niágara. Por primera vez el público contemplaba, aunque fuera sin sonido, el espectáculo de la explosión del agua en su caída, algo que hasta entonces era desconocido con la observación de las imágenes fijas de las fotografías.

Posteriormente, el éxito más emotivo empezó el jueves 24 de mayo de 1906 con el estreno de la proyección de la película filmada por el equipo de Gelabert el domingo anterior, día 20, con motivo de la celebración de la fiesta de Solidaritat Catalana.

Una fiesta que duró cuatro días y tuvo una repercusión regional y nacional, por el civismo con que actuaron todos los que asistieron y que el día de la manifestación, que se realizó en el actual paseo de Lluis Companys, congregó a 200.000 personas.

El éxito llevaba cada día más público, pero el local no disponía de más terreno, lo que motivó que, en 1907, la Junta Consultiva de Espectáculos obligara a la realización de unas obras, propuestas por el arquitecto provincial, para poder continuar con la autorización de apertura.

Una vez las obras fueron aceptadas y autorizadas por parte del gobernador, el nuevo Cinematográfico París fue reinaugurado el jueves 14 de noviembre de 1907, con una función a beneficio de los damnificados por las inundaciones.

A partir de ese momento se perdió su aparición en las carteleras.

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