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Los jóvenes de la Tercera Cultura

Lectores Corresponsales

Una barcelonesa residente en Hong Kong relata cómo viven los chicos y las chicas internacionales, que crecen lejos de sus países y en contacto directo con la diversidad

Jóvenes estudiantes de un centro internacional de Hong Kong formando un equipo de diversos orígenes.

marina garcía saenz / MGS

Para muchos un hogar son cuatro paredes y un tejado; es el sitio donde creces y vives, un lugar hacia el que mantienes un vínculo emocional, pero, ¿qué ocurre cuando vives varios años en diferentes lugares?

Cada sitio donde vives deja su pequeña o gran huella en ti, creando un lazo emocional entre tu persona y dicho lugar, haciendo imposible identificar un único sitio como tu “hogar”, ya que asocias ciertas etapas de tu vida a las localidades donde las has vivido.

Sin un hogar fijo

¿Qué es la Tercera Cultura?

Generalmente, los niños que crecen en esta situación son conocidos como “niños de tercera cultura”. Siendo una persona cosmopolita encuentro prácticamente imposible el hecho de responder a una simple pregunta como “qué consideras tu hogar”.

Nacida en Barcelona, Hong Kong ha sido mi ciudad de residencia durante estos últimos tres años, pero antes de ello lo fue Shanghai. Haber vivido en tres ciudades tan diferentes te hace darte cuenta de que el hogar es mucho más que unas paredes y un tejado.

El hogar es donde están los seres queridos y donde tu felicidad está en su máximo esplendor, sin embargo, esto nos remite al problema inicial: cuando creces como un niño internacional, acabas teniendo seres queridos en todos los continentes del mundo.

Los jóvenes de Tercer Cultura comparten que son de diferentes orígenes y nacionalidades.

marina garcía saenz / MGS

A diferencia de Barcelona, Hong Kong y Shanghai son ciudades de tránsito, en los colegios no es inusual tener amigos que vienen y van; lo cual hace que los estudiantes creen una coraza y aprendan a no apegarse a sus compañeros; por esta misma razón, la gente local tiende a referirse a los hijos de expatriados como “niños de tercera cultura”, ya que al haber pasado tantos años fuera de tu país natal y en diferentes lugares, no nos podemos identificar completamente con una sola cultura.

Mientras que pertenecer a la comunidad de niños de tercera cultura tiene grandes ventajas, como ser más flexible y tener más adaptabilidad, aceptar con más facilidad los cambios y hablar más de una lengua; su mayor desventaja es que cuando regresas a tu país natal te ves diferente y nunca te volverás a identificar completamente como parte de esa cultura y lo mismo sucede con los otros países en los que has vivido.

Choque de culturas

Sin apego real

Esto es algo que yo personalmente todavía no he experimentado, sin embargo, habiendo entrevistado a mis compañeros de la escuela; todos han experimentado un choque cultural al mudarse a su país natal para continuar sus estudios de grado superior, lo cual hizo que les fuera extremadamente difícil adaptarse a una cultura a la que ellos creían suya.

Según la mayoría de personas locales en mi círculo de amistades, los niños de tercera cultura somos demasiado occidentales como para ser considerados parte de la comunidad asiática. La perspectiva de la gente local, contribuye a que la mayoría de jóvenes crecidos en Hong Kong no se puedan identificar con una sola cultura, ya que, al haber crecido en Asia, han adoptado los modales de una persona asiática; dejándolos en un vacío entre el este y el oeste.

Este vacío crea la cultura internacional, una cultura que representa a todos los chicos que no se pueden identificar con una sola.

Crisis emocional

Pertenencia a una comunidad internacional

Los niños locales que han asistido a escuelas internacionales y han crecido en el mismo entorno que los hijos de expatriados, también pueden encontrarse en la misma situación que el resto de los estudiantes internacionales: tener una crisis de identidad debido a la falta de sentido de pertenencia, eso es hasta que se dan cuenta de que todos los demás a su alrededor comparten exactamente los mismos sentimientos y es entonces cuando se crea la comunicación internacional.

Esto demuestra que también es posible experimentar una tercera cultura sin tener que abandonar necesariamente tu país.

Desde la perspectiva de un joven que pertenece a la comunidad de tercera cultura, el hogar está en todas partes y en ninguna parte. Todos nos consideramos ciudadanos de este mundo en vez de un país en particular y esa es la belleza de la cultura internacional.

El hogar está en todas partes, Hong Kong es mi hogar, Shanghai es mi hogar y Barcelona es también mi hogar. Ser ciudadano del mundo garantiza que no importa a dónde vayas, siempre te sentirás como en casa y esa es la mayor ventaja de ser un niño de tercera cultura.

Chicos y chicas de comunidad internacional en Hong Kong.

marina garcía saenz / MGS

Testimonios

Julia Moriau

Mi padre es belga y mi madre, italiana. Me crié en Hong Kong. Actualmente, resido en Inglaterra. Me siento muy diferente a las personas de mi país (es). En el sentido de que nadie me considera realmente italiana. Soy de Hong Kong. Si tuviera que identificarme con una cultura específica, probablemente sería la italiana. Pero en el gran esquema de las cosas es más un híbrido. Las personas con las que más puedo relacionarme no son italianas, sino más bien personas similares a mí, que crecí en el extranjero y asistía a escuelas internacionales.

Daneika Fong

De padres de origen chino crecidos en Fiji, nací en Australia y crecí en Hong Kong. Diría que en cuanto a cultura, soy diferente a las personas en mi país natal, principalmente porque en Hong Kong estamos expuestos a muchas culturas diferentes en comparación con Australia, donde predomina una sola cultura. No creo que pueda identificarme con una cultura específica, ya que me criaron con una mezcla igual de cultura china, fijiana y australiana. Siendo un niño de tercera cultura, me puedo identificar con muchas culturas, pero con ninguna completamente -solo personas de mi escuela internacional comparten mi cultura.

Leah Combal

De padre francés y madre irlandesa, crecí en Hong Kong y, actualmente, resido en Irlanda. Honestamente, me resulta difícil identificar mi “país natal”. Soy nacida y criado en Hong Kong, sin embargo, al llamar a este lugar mi país natal lo siento muy poco apropiado, ya que para empezar, ninguno de mis padres es asiático. Cuando voy a Europa para visitar a una familia, sin duda hay diferencias notables entre yo y mi familia extendida. Nos diferenciamos en apariencia, hábitos, maneras, aficiones, compostura, lenguaje, etc., esto se debe en gran parte al hecho de que nos criamos en diferentes culturas. No puedo identificarme con una cultura específica, ya que soy demasiado europea para considerarme asiática, sin embargo, soy demasiado asiática como para considerarme europea. Creo que la única cultura con la que me siento más identificada es la cultura internacional, ya que, aunque todos seamos de lugares diferentes, todos tenemos el mismo sentimiento que es que no sabemos a qué cultura en concreto pertenecemos. Habiendo vivido toda la vida en Hong Kong, mudarme de vuelta a Irlanda supuso algo mucho más difícil de lo que me imaginaba, haciéndome dar cuenta de que quizá no soy tan europea como yo me creía.

Sam Juett

De madre japonesa y padre inglés. Nacido en Japón, crecí en Hong Kong, actualmente, resido en Inglaterra. Sí, me siento diferente en ambos lugares, Japón e Inglaterra, ya que nadie me considera 100% de esa nacionalidad. Mi madre me ha educado con los modales japoneses, sin embargo, mi padre es inglés y yo crecí en un entorno internacional. Así que diría que la cultura con la que mejor me puedo identificar es la internacional. Ya que cuando me mudé a Inglaterra para empezar la universidad me costó mucho más adaptarme de lo que me imaginaba. Durante varios meses eché muchísimo de menos Hong Kong.

Alex Cheung

Mis padres son de Hong Kong, he nacido y crecido aquí, pero estuve en una escuela internacional, Actualmente, estudio en una universidad en Hong Kong. Para ser honesto, no me identifico con ninguna cultura. Me encuentro familiarizado pero distante con la cultura china, debido al entorno internacional en el que me he criado, pero a la vez distante de dicho entorno debido a mi origen étnico. Creo que lo que más difiere entre yo y otros locales es nuestro sentido del humor. También me parece que, si bien estoy acostumbrado a la mayoría de los gustos de la cocina local, hay algunos gustos que nunca podría soportar; por ejemplo, intestino de cerdo y cubos de sangre de cerdo. Me consideraría una persona internacional, ya que la mayoría de mis amigos son internacionales.

Chu Wai Ching

Sobre los niños que crecen en Hong Kong y no son chinos, pues, depende de las razas, puesto que los caucásicos suelen estar sujetos a un grupo privilegiado. Dicho esto, tienen su propio grupo especial, es común que vayan a una escuela internacional y tienden a socializar dentro de su propia comunidad. Es difícil para ellos estar en la cultura local debido a la barrera del idioma y las normas sociales chinas. No compartimos la misma cultura. Como he mencionado, hay una brecha clara. Un cierto grado de diferencia es obvio. Estar en un grupo local, pero no poder entender las normas sociales y el idioma, sería difícil para ellos mezclarse con otros en la comunidad local. La mayor diferencia probablemente sea la cultura diferente. Chino / cantonés es una comunidad colectiva, occidental / europea tiende a ser una sociedad individualista. Esto moldea a las personas y cómo actúan como miembros dentro de la comunidad. A menudo resulta en un malentendido. ¿Los niños de Tercer Cultura son bienvenidos? Si y no. La gente local tiene una gran hospitalidad. Dan la bienvenida a la gente, organizarían cenas y eventos para invitados con respecto a las carreras. Sin embargo, cuando hay una barrera del idioma, tienden a sentirse intimidados y se sienten tranquilos y prefieren hablar su propio idioma con el que se sienten cómodos. Dicho esto, no es un problema racial, es un problema de lenguaje.

Caroline

Los niños internacionales en Hong Kong son privilegiados. No compartimos la misma cultura. No, ellos son mas occidentales (específicamente la manera en que sus padres les educan). Aunque hayan crecido en Hong Kong, seguimos siendo muy diferentes. Son bienvenidos, excepto cuando hay problemas de comunicación por el idioma.