El espíritu olímpico de la arquera de Mataró

Las Fotos de los Lectores

La icónica escultura dirige su arco hacia el atardecer otoñal, como Rebollo en el 92 al encender el pebetero

Ampliar La puesta de sol tras la escultura Laia l'arquera

Laia l'arquera apuntando hacia la puesta de sol. 

Irene Jaume Garcia

Tensando firmemente la cuerda de su gigantesco arco, Laia l'arquera apunta desafiante hacia la puesta de sol de Mataró, como podemos ver en esta instantánea en Las Fotos de los Lectores de La Vanguardia.

La escultura recuerda al flechazo más famoso de la historia de las Olimpiadas modernas. "Me ha hecho pensar en Rebollo en los JJOO del 92", comenta Irene Jaume, autora de la fotografía. 

Igual que el arquero madrileño hizo con el pebetero de Montjuïc, Laia parece haber encendido, tras las colinas de Mataró, la llama olímpica.

Aunque la escultura, emblema de la ciudad, nos evoque recuerdos de aquellos Juegos del 92, la simbología tras ésta es otra completamente diferente. 

Según explica su autor, Rovira-Brull, la figura representa las culturas prehistóricas y la unión del hombre y la tierra. Laia simboliza la diosa madre capaz de crear y gestar vida, así como mantener la supervivencia de la tribu.

La monumental escultura de 34 metros fue inaugurada seis años después del icónico flechazo olímpico, en el año 1998. 

Situada en la Porta Laietània de Mataró, Laia apunta hacia el Burriac, la montaña donde hace siglos se habría instalado el poblado ibérico de Ilturo.

Ampliar Laia la arquera apuntando hacia la puesta de sol de Mataró

La gigante escultura dirige su arco hacia la colina del Burriac tras la que se pone el sol. 

Irene Jaume Garcia
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