Ras es la historia de un perro muy querido, pero que se ha perdido. Cristina Farrerons lo adoptó de una protectora porque había sido abandonado cuando tenía unos siete años de edad.
Hace aproximadamente dos años, Ras se perdió mientras hacían una excursión por la montaña de Montcada i Reixac. Desde entonces, su familia lo busca y pide la colaboración ciudadana para encontrarlo.
Ras es una mezcla de pastor alemán con otra raza (no se sabe cuál), destaca por tener "los ojos muy marcados de color negro, como si los tuviera pintados, además tiene una oreja que está siempre doblada", detalla Cristina.
"Él es muy sociable, no es agresivo, se asusta mucho con los truenos como todos los perros, pero es muy sociable con las personas y con los otros perros también", describe Farrerons.
"El día que se perdió habíamos ido a Montcada i Reixac y subíamos el Turó de Montcada", relata, "Ras iba detrás de mi y se fue corriendo de repente, supongo porque vio algún animal u olió alguna cosa, se fue y ya no volvió". "Lo estuvimos esperando, lo estuve buscando y no apareció", recuerda Cristina con amargura.
"Fuimos detrás de él y, después de que se perdiera, lo estuvimos esperando por la zona a ver si volvía, estuvimos cuatro horas buscándolo", continúa explicando.
Cristina argumenta: "Fuimos a los Mossos a poner la denuncia de que lo habíamos perdido y, por la noche volvimos, al Turó, pero justamente ese día llovía mucho, con rayos, y eso no ayudó, por lo que, si estaba por la zona, con la tormenta, se debería asustar y se debió alejar más".
Cristina añade: "Lo hemos buscado muchísimo, tenemos una página de Facebook de Buscando a Ras, tenemos también un grupo de Whatsapp y lo hemos difundido un montón con carteles; fuimos a la radio también y la verdad es que mucha gente nos ha llamado de muchas partes de Catalunya, pero lo típico, creen que puede ser Ras, pero no es".
Los perros que nos han mostrado se parecen pero no son Ras
"Ras es una mezcla de pastor alemán con otra raza y, claro, cuando ven un pastor alemán, se piensan que puede ser Ras. Es complicado porque para la gente es fácil confundirse", explica Farrerons.
Incluso "una señora de Tarragona estaba muy convencida de haberlo encontrado y, cuando le pedí una fotografía para saber si era él, claramente no lo era", añade.
"Confiamos en la gente, es la única esperanza que nos queda, que alguien lo vea y que avise, porque después de dos años es imposible saber dónde buscar, el perro puede estar en cualquier sitio", afirma.
Es cierto que "cuando se pierde una mascota, hay que denunciarlo porque, si en el impasse de tiempo que no tienes al perro, éste muerde a alguien, la responsabilidad cae sobre el propietario y a priori parece ser que tú lo hayas abandonado y hay que dejar claro que no lo has abandonado".
El protocolo policial
Cristina añade, en referencia al protocolo de actuación policial en estos casos: "Puse la denuncia y los Mossos d'Esquadra dieron voces a la Policía Local, pero no hacen nada, no buscan, ellos simplemente si encuentran al animal, con la denuncia y el chip, saben de quién es o si muerde saben que se ha perdido y no abandonado, pero ellos no montan dispositivos para buscarlos".
La verdad es que "hay tantos perros perdidos que creo que sería una locura que hubiera un equipo de policías para buscarlos", comenta Farrerons.
Confiamos en la gente, es la única esperanza que nos queda
"En teoría el chip sirve porqué si alguien lo encuentra, ya está, se sabe el dueño y se acaba la búsqueda. El problema es que si la persona que lo encuentra no lo lleva a un veterinario no sirve de nada el chip", detalla Cristina Farreront.
El caso de Ras deja al descubierto los problemas con que se encuentran las familias cuando pierden a su perro. "Es una vergüenza que, cuando hay un animal muerto en las carreteras o en las vías del tren, no le pasen el lector del chip y eso nos lo han dicho ayuntamientos y ADIF, que se encarga del mantenimiento de las infraestructuras que utiliza Renfe", lamenta Cristina, antes de añadir: "Nos han dicho que cuando hay un animal muerto, van allí, lo recogen y lo cargan al camión y lo tiran a la basura".
Campaña de recogida de firmas
Farrerons continúa explicando: "Ni siquiera se dignan a pasarle el lector y hay muchas familias que necesitan saber que el perro se ha muerto porque de esta forma, ya está, se acaba la búsqueda, se hace el luto y punto, y no lo hacen y es una vergüenza".
Además, "a raíz del caso de Ras, hemos hecho una petición de firmas para legalizar que tienen que pasar el lector del chip cada vez que hay un animal muerto en la carretera, porque, claro, no dicen nada y la familia sigue buscándolo..."
"Tuve a Ras solo tres años hasta que se perdió, pero cualquier animal que tengas forma parte de la familia, él para mí es un miembro más de la familia y no saber dónde está, si está pasando frío o hambre o está asustado... Eso te desespera, te acabas acostumbrando pero, si lo piensas, pues te da mucha pena", reconoce, afligida.
Recompensa
"Incluso hemos creado un cartel nuevo con un código QR para que la gente acceda y puedan ver las fotos de Ras... Hay muchos perros que se han encontrado al cabo de diez años, por ejemplo", remarca Farrerons.
Cristina, también, confiesa: "Ofrecemos recompensa porque quizá lo tenga alguien y la gente por dinero hace lo que sea, pero por suerte eso no ha influenciado de forma que sea contraproducente, puesto que los que nos han llamado han sido personas que no les interesaba el dinero".
La esperanza es lo último que se pierde
Cristina explica que "hasta que no te pasa a ti, que pierdes a tu mascota, no sabes lo que se siente". "El caso de Baloo es más fuerte, desapareció en el portal y podría ser que alguien lo hubiese cogido", añade, en referencia a uno de los casos más mediáticos.
"Tengo cuatro gatos pero no quiero otro perro, la gente me ha ofrecido perros pero no quiero cubrir el hueco de Ras, no me va a quitar la pena otro perro", asegura, antes de finalizar: "Además tengo la esperanza de que Ras va a aparecer. Quiero a Ras, no quiero a otro".
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