“Octubre, al empezar la temporada de celo de los ciervos y, con ella, el espectáculo natural de la berrea”, detalla Carme Molist Vidal a la hora de compartir en Las Fotos de los Lectores de La Vanguardia un amplio reportaje fotográfico elaborado en el entorno natural de Bassegoda, Alta Garrotxa, Girona.
Ciervo en la Alta Garrotxa en la temporada de celo.
“El bramido con el que los machos cortejan a las hembras y ahuyentan de su harén a los competidores resuena por las montañas”, describe la autora de las instantáneas.
Los machos se crean su harén.
La berrea se ha convertido en un auténtico atractivo turístico. De hecho, se organizan viajes en otoño y hay algunos parajes naturales en España considerados ideales para presenciar este ritual, como la Sierra de la Culebra (Zamora), la Montaña Palentina (Palencia), Monfragüe y Saja-Besaya (Cantabria), Cijara (Extremadura), Los Alcornocales (Cádiz) y Cabañeros (Ciudad Real).
Los machos usan la cornamenta si es preciso para conseguir a las hembras.
La berrea o brama se corresponde con el periodo de celo de los cérvidos, debido al sonido gutural que emiten los machos. Se inicia a comienzos del otoño boreal, normalmente a finales de septiembre y principios de octubre.
Un macho vigila su harén.
Los machos se encuentran en su máximo esplendor al comenzar la temporada e intentan adueñarse de un territorio, como se puede apreciar en las fotografías.
Un macho luciendo su cornamenta ante las hembras.
Las demostraciones de poder de los machos incluyen los berreos y luchas rituales, en las que utilizan su cornamenta”
Los territorios preferidos por los machos para actuar son aquellos en los que las hembras deban beber o alimentarse.
Los ciervos se dejan ver en la Alta Garrotxa en la temporada de celo.
Los machos ganadores reúnen harenes de hasta 50 hembras. Normalmente después de un par de intentos, el macho monta a la hembra por breves momentos en el coito.
Ciervo en la Alta Garrotxa.
De no haber fecundación, la hembra vuelve a ovular al cabo de unos 18 días. La gestación dura unos 235 días, tras la cual nace un único cervatillo.
Una hembra.
Las astas, la principal arma del macho, caen en marzo, y vuelven a crecer, proceso que se repite anualmente y se identifica con un estímulo de la reproducción.
El lector Pere Roquet apunta a que, en este caso, se trataría en concreto de la especie de cérvido Cervus dama, es decir, del gamo, diferenciado del ciervo común (Cervus elaphus), por su menor tamaño, sus astas palmeadas y su manto de pelo pardo-rojizo salpicado de motas blancas en primavera y verano.
Una hembra en la Alta Garrotxa en la temporada de celo.
■ El vídeo del impresionante sonido de la berrea nocturna en la Sierra de Albarracín
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