En esta nueva edición de El Debate de los Lectores de La Vanguardia se propone un debate de debates. Y es que "¿Cuántos debates genera el caso Pablo Hasél?"...
Si en el primer párrafo ya hemos repetido cuatro veces la palabra "debate" es, precisamente, porque los lectores han planteado diversas discusiones en torno a este caso.
La primera, sobre la libertad de expresión en España y si la legislación actual es o no la adecuada. La segunda, sobre los disturbios en las calles, la incapacidad de llevar a cabo protestas pacíficas. La tercera, sobre el papel de los cuerpos de seguridad, con los Mossos d'Esquadra en el foco de las críticas otra vez por parte de la clase política en Catalunya. La cuarta, sobre la crisis entre los socios del Gobierno español, PSOE y Podemos, a raíz de la entrada en prision del rapero Pablo Hasél. ¿Hay más?...
En su carta Montesquieu ha muerto, el lector Josep M. Loste afirma, desde Portbou, que "es sorprendente que se diga, desde los cenáculos del poder, con sede en Madrid, que España es una democracia europea consolidada", ya que califica de "grave atentado a la libertad de expresión el encarcelamiento de Hasél".
Por su parte, Cristina Casals Massó, de Esplugues de Llobregat, recuerda en su escrito Derechos humanos que "el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos hace referencia al derecho a la libertad de opinión y de expresión", pero, en estos términos: "Este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones".
Y le recuerda a Hasél que "estará prohibida toda propaganda a favor de la guerra, y toda apología del odio nacional, racial o religioso que inciten a la discriminación, la hostilidad o la violencia".
"Ya ha vuelto la violencia a Catalunya, esta vez la excusa es el encarcelamiento de un rapero. Se han vuelto a quemar contenedores, destrozar mobiliario urbano, destruir y saquear locales privados", lamenta la lectora Marita Basté Moreno, de Barcelona, en su carta Reflexiones.
"Este Govern tiene la obligación de preservar el bien común por encima de unos cuantos agitadores. Estamos muy cansados de la Covid para tener que aguantar, además, a unos gamberros violentos. La gente necesitamos un poco de serenidad y de tranquilidad, ¡por favor!", ruega la lectora.
Ricard Domingo Monfort afirma en su carta Prisión para Hasél que las letras de las canciones del rapero son "escalofriantes", pero "también son horrorosas las declaraciones hechas, no hace mucho, por unos militares que hablaban de fusilar a 26 millones de españoles que no eran de sus ideas: ¿no deberían ir también en prisión?".
"Las protestas violentas nunca tienen sentido, defiendan la causa que sea. Ahora con el encarcelamiento de Hasél, los encapuchados violento s afloran como en tantas otras ocasiones. Desorden, barbarie, violencia, fuego, asaltos y ataque a las fuerzas de seguridad que están para defender a la sociedad. Los profesionales de la violencia gratuita aparecen siempre y con cualquier excusa", apunta Eduardo Imbernol Meléndez, de Barcelona, en su escrito Libertad o barbarie.
En su carta Cultura democrática, el lector Modesto Llopis de Aysa, de Barcelona, señala: "Para muchos es preocupante la falta de cultura democrática de este país y de muchos de sus dirigentes. Me refiero a la de verdad, la que respeta la división de poderes, la ley y a quienes opinan distinto".
Ahora bien, "entre las muchas causas y personas merecedoras de apoyo y protección, no parece que se encuentre el señor rapero ni su trayectoria. Hubiera bastado con no delinquir, como hace la mayoría".
Por su parte, Joan Soldevila Adán, de Barcelona, en su escrito Libertad de expresión, reflexiona también: "Una persona sólo debe ser detenida para hacer o cometer un acto realmente delictivo, nunca para decir o expresar algo aunque no fuera ni política ni legalmente ni moralmente correcta".
"¿Qué fuerte operativo policial se ha llevado a cabo contra los tipos que comunicaron públicamente su voluntad firme de fusilar a millones de españoles? Porque esto sería apología del terrorismo, ¿o no?", se pregunta, también, en referencia a los militares.
El desencadenante de todos los debates ha sido la condena a Hasél a nueve meses de prisión por enaltecimiento del terrorismo e injurias a la Corona. Y su entrada en prisión debido a sus antecedentes.
Entre los articulistas de La Vanguardia también ha habido división de opiniones. Joaquín Luna, en su artículo Hasél, ese ángel de la libertad, afirma que "decir que en España se enchirona por cantar es tan demagógico y fake news como lo sería decir que los miembros de La Manada cumplen condena porque España penaliza las prácticas sexuales".
Incluso en el Editorial, el diario apuntaba esta idea: "Quien no practica la proporcionalidad no es el más facultado para exigirla".
En cambio, en su artículo Caso Hasél, Imma Monsó recomienda: "El indulto inmediato de Pablo Hasél por parte del actual Gobierno sería un detalle que contribuiría sin duda a corregir este desequilibrio de fuerzas y a hacer una justicia un poco más justa. Eso, y derogar la nefasta ley mordaza de una vez".
Para la opinadora, "lo verdaderamente escandaloso del caso de Hasél es que una justicia que se denomina a sí misma igualitaria trate a unos y a otros con un baremo tan distinto a la hora de juzgar los desahogos de la libertad de expresión".
"Porque es evidente que es muchísimo más bárbaro pedir en un chat que se fusile a 26 millones de hijos de puta rojos que decir barbaridades sobre el emérito, cuyas tropelías se han divulgado hasta la saciedad. Y quienes lo dijeron, militares veteranos con permiso de armas, ni siquiera tienen el eximente de haberlo dicho cantando", apunta Imma Monsó.
Como se ha podido ver, este es un debate de debates. Invitamos a los lectores a seguir aportando, pues, sus opiniones.