Las protestas violentas nunca tienen sentido, defiendan la causa que sea. Ahora con el encarcelamiento de Hasél, los encapuchados violento s afloran como en tantas otras ocasiones. Desorden, barbarie, violencia, fuego, asaltos y ataque a las fuerzas de seguridad que están para defender a la sociedad. Los profesionales de la violencia gratuita aparecen siempre y con cualquier excusa.
Libertad de expresión y derecho a la manifestación no es eso. Hay cauces pacíficos para reivindicar cualquier causa. Lo fácil es acusar de represión y a continuación dar motivos para que esta se produzca legalmente.
Sería bueno que los políticos de todo cuño ayudaran con sus manifestaciones públicas a diferenciar libertad de expresión de barbarie.
Eduardo Imbernol Meléndez
Suscriptor Barcelona