La Aemet alertó de la DANA y por la mañana ya tenía activado el nivel rojo, el más alto de los que tiene (naranja, amarillo y verde, el resto). El problema es que en cantidad de ocasiones este nivel máximo queda infravalorado: hay gente que sigue haciendo vida normal y yendo a trabajar. Hay muchas alertas rojas a lo largo del año, que provocan que lo excepcional no lo sea tanto. Quizás sea necesaria la creación de un nuevo nivel negro para casos extremos y muy puntuales que conlleve medidas de obligado cumplimiento como la restricción de la movilidad solo para servicios esenciales. La covid ya nos entrenó y nos preparó para algo así y para ello los medios de comunicación son clave. No hay que desgastar el nivel negro, deberían contarse con los dedos de una mano las veces que se active en un año (grandes nevadas, calor extremo, riadas...).
De tragedias como la de Valencia hay que sacar lecciones aprendidas y evitar confrontaciones improductivas que solo buscan beneficios políticos.
Javier Gilabert Camí
Suscriptor Terrassa