Yitzhak Rabin
En estos días tan aciagos en Oriente Medio, pocos artículos he leído que recuerden la memoria y el coraje de Rabin. Siendo el mejor general de la historia de Israel, entendió que la mejor decisión para su pueblo era acordar la convivencia en paz con el pueblo palestino. Recuerdo bien, en septiembre de 1993, la firma con Yasir Arafat de los acuerdos de Oslo, en Washington y con Bill Clinton de anfitrión. La campaña que se desencadenó después en su contra por parte de la ultraderecha israelí desembocaría en su asesinato, en noviembre de 1995. Tengo en mi memoria la estupefacción y tristeza que me causó la noticia. Hoy, esa ultraderecha gobierna Israel.
Desde el asesinato de Rabin, la figura que ha dominado la política israelí ha sido Beniamin Netanyahu. El resultado salta a la vista: la zona se dirige hacia una hecatombe en forma de conflicto abierto con Irán y con posible onda expansiva mundial. Israel necesita otro Rabin.
Manel Vera Fernández
Suscriptor Barcelona