El Primavera Sound ha mejorado la gestión de sus colas desde aquella nefasta edición del 2004 en el Poble Espanyol. Allí probaron una tecnología israelí que grababa el DNI, las huellas dactilares y la entrada en una tarjeta magnética: alta seguridad para un simple concierto. Fue el festival de las colas.
En el Fòrum todo es más amplio. Pero sorprendieron, el miércoles, con los Pet Shop Boys, algunos errores de diseño que crean un cuello de botella que podría ser peligroso en caso de avalancha: escenario cara al mar (los vecinos ya protestan por el ruido), entrada no por cabecera de escenario sino por el final (correcto), pasillo de seguridad (correcto), pero se olvidaron de que los lavabos estrechan el ancho del espacio y las salidas para comprar bebida. Hacía falta un segundo pasillo para canalizar este flujo de forma segura.
Francesc Robusté
Barcelona