Crónica del último año de Cajal en Barcelona

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El acierto de la ciudad en 1888 fue ofrecerle un ambiente para sus ideas y el error, en 1892, dejarle escapar

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Cajal con instrumental para sus investigaciones.

Terceros

* El autor forma parte de la comunidad de lectores de La Vanguardia

"Con verdadera pena hube de abandonar a tan excelentes amigos y con ellos una ciudad donde encontré un ambiente singularmente favorable para la ejecución y publicación de mis trabajos científicos. Con no menos tristeza me despedí de aquella tertulia célebre de La pajarera donde en compañía de Garcia de la Cruz, Schwartz, Soriano, Villafañé, Castro Pulido, Castell, Odón de Buen, etc, había pasado ratos inolvidables".

El año 1892 fue el último de la estancia de Santiago Ramón y Cajal en Barcelona, como explicaremos en esta sexta y última entrega de la serie de artículos sobre el paso del Premio Nobel por la capital catalana. 

Le ofrecieron pronunciar algunas conferencias en la Academia y Laboratorio de Ciencias médicas de Catalunya, ubicado en la calle Paradís número 10. Las conferencias fueron un éxito y se pronunciaron los días 14, 18 y 19 de marzo, siendo publicadas en la Revista de Ciencias Médicas bajo el título de Nuevo concepto de la Histología de los Centros Nerviosos. Posteriormente, fueron traducidos al francés y alemán.

Cajal propone su serie neurotrópica. Aparecen sus últimos descubrimientos en la Revista de Ciencias Médicas de Catalunya. Se publica una revisión de Retzius de sus trabajos recientes en una revista de estudios biológicos de Estocolmo.

Un hecho desgraciado fue el motivo que cambió el medio donde Cajal se desenvolvía. El catedrático de Histología de la Facultad de Medicina de Madrid, Aureliano Maestre de San Juan, tuvo un accidente manejando productos químicos en su laboratorio que le ocasionaron ceguera. Posteriormente, falleció.

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Cajal se presentó a las oposiciones a la Cátedra. Se sucedieron todo tipo de maniobras y subterfugios entre los aspirantes que demoraron mucho la adjudicación de la plaza. El principal contendiente era el Dr. Simarro.

En la reunión internacional de anatómicos que se estaba celebrando se echó en falta a Cajal. El asombro de los reunidos al saber que el ausente estaba pendiente de unas oposiciones fue tan extraordinario que Kölliker hubo de escribir diciendo:

"Entre nuestros comunes amigos ha producido extrañeza el saber que usted tenía que hacer oposiciones a una cátedra. ¿Quién será, dijimos, el que pueda competir con Cajal? Pues desde Vesalio no sabemos que en España haya producido anatómico como usted… Sus últimos descubrimientos son muy importantes, pero yo me envanezco de uno que vale más que los suyos: yo descubrí a un español que nadie conocía".

El 10 de febrero de 1822 se extendió el titulo de catedrático numerario de la facultad de Medicina de la Universidad Central de Madrid. El Ateneo de Madrid fue una de las principales instituciones que le acogió en 1892.

El Ateneo de Madrid fue una de las principales instituciones que le acogió

De regreso a Barcelona después de larga estancia en Madrid e incorporado a su familia pudo ver a su hijo Luis nacido durante las oposiciones, en la calle Consejo de Ciento, 304, 2º.

Se ha escrito que el gran acierto de Barcelona en 1888 fue haber ofrecido a Cajal un ambiente en el que pudo desarrollar sus ideas y extenderlas al mundo. El gran error de Barcelona se produjo cuando en 1892 permitió que Cajal la abandonase.

Placa conmemorativa en la calle Notariado 7 donde vivió Cajal.

Placa conmemorativa en la calle Notariado 7 donde vivió Cajal.

Joaquín Callabed

Honores

Una placa conmemorativa, con motivo del cincuentenario de su fallecimiento, se instaló en calle Notariado, 7, tras múltiples gestiones llevadas a cabo por el Dr. Diego Ferrer. En dicha placa se recuerda que en aquella casa en 1988 concibió la teoría neuronal.

"Las ramificaciones colaterales y terminales de todo cilindroeje acaban en la sustancia gris, no como una red difusa, sino con arborizaciones libres".

Fue socio de honor de la Real Academia de Medicina de Catalunya en 1922, compartido con Karl Nenberg, Emil Abherhalden, Robert Calmette y Walter Cannon. En 1941, Domagk; Alexander Fleming, en 1948; Severo Ochoa, en 1972; Gerard Ulf Von Euler, en 1973; James Watson, en 1948; Rita Levi Montalcinien, en 2005; y Jean Dausset, en 2008.

En el primer volumen de Treballs de la Societat Catalana de Biología, revista dirigida por Agustí Pi i Suñer, consta como miembro honorífico Santiago Ramón y Cajal.

Una calle lleva su nombre en el barrio de Gràcia de la ciudad condal.

Perfil del Premio Nobel

El espíritu crítico y rebelde de su infancia lo mantuvo siempre. No quiso apartarse de su línea científica que cultivó con tesón. Lo mejor de Cajal, como dice Solsona, fueron sus virtudes morales: La religión del trabajo, la convicción en el esfuerzo, la tenacidad, la dureza berroqueña ante la adversidad, el no torcer la vocación por causas externas, la independencia de juicio. Ni alumno de un solo maestro ni lector de un solo libro.

Supo vivir permanentemente en el silencio humilde y gratificante del laboratorio y en las aulas universitarias. Rechazó un Ministerio de Instrucción pública. Dialogó con el jefe del partido liberal e intentó potenciar la ciencia española. Su programa sería llevado en parte con la creación de la Junta de Ampliación de estudios en 1907 que él mismo presidiría. Aceptó ser Senador vitalicio con Canalejas. Pidió que le rebajaran el sueldo de 10.000 a 6.000, que ya era suficiente.

Siempre profesó veneración por el erario público, "por ser producto del sudor del pueblo español". Rogó a sus albaceas que no consintieran que fuera enterrado en el Panteón de Hombres Ilustres porque no le gustaba la compañía de los políticos y militares que allí descansaban. 

Aceptó el Doctorado Honoris Causa de Cambridge y el de La Sorbonne, así como la medalla de Helmoltz de la Universidad de Berlín. Fue Socio de Honor de la Real Academia de Medicina de Barcelona.

Siguen vivas las palabras que le dedicara Wilder Penfield a su muerte: "Ahora que el fin ha llegado, su vida y sus realizaciones brillan intensamente en la historia de la Neurología. Era un genio polifacético impulsado por este misterioso 'susurro' que llega a los pocos elegidos de Dios, que los empuja siempre adelante para explorar más allá de los conocimientos existentes, sin reposo y sin más recompensa que saber que han penetrado en la tierra prometida de los descubrimientos".

El gran mérito de Ramón y Cajal durante su estancia en Barcelona y, posteriormente, en Madrid puede resumirse varios aspectos.

  • 1. La perseverancia en el ensayo de métodos de tinción e impregnación argéntica ideadas por otros citólogos principalmente el método cromo argéntico de Golgi, aparte de los creados por él mismo, como el método de la impregnación argéntica aplicada "en bloque" diseñado tres modalidades de la misma.

  • 2. Haber intuido y constatado que el estudio de la estructura del sistema nervioso de embriones y ejemplares jóvenes encontraría la respuesta que buscaba y era más difícil de encontrar en ejemplares adultos.

  • 3. El gran merito de la obra de Cajal es el hecho de que el microscopio electrónico confirmó todo lo que había interpretado en sus preparaciones histológicas y sus resultados han podido ser reproducidos. Dejó escritas las bases de los estudios en neurobiología

  • 4. Respecto a crear escuela en Barcelona es preciso reconocer que cuatro años es poco tiempo para construir un equipo de trabajo.Dejoó un núcleo de estudiantes motivados por la histología entre ellos Claudio sala que en el curdo 1889-1890 obtuvo la calificación de sobresaliente siendo coautor de uno de los trabajos publicados por Cajal en Barcelona. Muchos colegas lamentaron que las gestiones llevadas a cabo con los dirigentes del Laboratorio Municipal de Barcelona para que Santiago Ramon y Cajal compatibilizara dicha ocupación con la facultad de medicina no llegaran a cristalizar.
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