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Quien siembra vientos

Aunque hoy en día ser de derechas parece un pecado, no ­puedo menos que lamentar la situación actual del Gobierno de España. Se habla mucho, pero no recordamos que, por ansias de poder y por intereses que calificaría de espurios, y con la excusa de la corrupción (nos olvidamos de los ERE, del caso Palau...), se desplazó del gobierno a un pre­sidente con carrera, que había ganado unas oposiciones antes de dedicarse a la política, que había sacado al país de la recesión y que, sin hacer bandera del feminismo, se había rodeado de mujeres inteligentes y capaces (Soraya Sáenz de Santamaría, Ana Pastor, María Dolores de Cospedal...).

Si no hubiera sido por la moción de censura, no estaríamos donde estamos.