Ganar o perder

Ganar o perder es tan antiguo como el mundo y se compone de pequeñas casualidades. Habrá debates entre científicos con sus fórmulas y entre teólogos con sus creencias, pero este baile, tan centenario, encierra todo el juego de la vida.

Tanto si los dados caen al azar como si dirigimos el timón con firmeza, desde hace siglos se nos insta a buscar vientos favorables y a aprender a manejar la nave. Cada día que vivimos contiene un secreto cuyo misterio, más allá del azar y la voluntad, a menudo se nos escapa. En este juego cotidiano se nos pasan días, semanas y años. Y buscamos explicaciones, fórmulas o soluciones que nos permitan entender, trazar una estrategia o que nos den consuelo.

En Finlandia, nunca se está a más de diez minutos a pie de un parque o un bosque. El agua limpia, el aire no contaminado y la naturaleza intacta contribuyen en gran medida al bienestar y la felicidad.

 

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Pasa el tiempo y descubrimos que los conceptos que nos enseñaban en la escuela y nos parecían tan lejanos son el corazón de la vida. Y su esencia contiene lo épico y lo elegiaco: la fuerza con la que luchamos y el lamento cuando perdemos.

Vivimos cada día como un asalto, más o menos amable; a salvo solo permanecen los que están aislados, protegidos o anestesiados. Quien vive con los ojos abiertos sabe que esto va en serio. Por eso hay que vivir como un lector atento: lápiz en mano, para retener aquellas frases que son luces en la pista de despegue y aterrizaje de un aeropuerto de noche y con niebla.

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Responder y la IA

Jordi Nadal
AI (Artificial Intelligence) concept. Deep learning. Mindfulness. Psychology.

Para saber de dónde salimos y adónde queremos dirigirnos hay que haber aprendido, de modo consciente o inconsciente, el rumbo del viento y de nuestra voluntad. Elizabeth Bishop tiene un poema bellísimo que empieza así: “El arte de perder no cuesta tanto”. En todas y cada una de sus traducciones se nos muestran matices que nos enriquecen la mirada. Porque la vida va exactamente de esto: afinar sin desesperar y saber pactar con uno mismo. Aceptar que casi nada es justo, pero hay que encontrarle sentido. En definitiva, encajar.

El arte de ganar o perder estriba en no elucubrar “qué habría pasado si…”. Para avanzar en la vida, hay que escuchar a Édith Piaf y no arrepentirse de nada, y despertarse con Serrat y su “hoy puede ser un gran día”.

Todo está montado para que prestemos atención a tonterías que nos distraen y diluyen. Forjarse a uno mismo precisa voluntad, mantener el foco y recordar qué es lo que nos ha hecho bien o que, como mínimo, defiende nuestra esencia.

No vale escapar por la tangente. Somos lo que hemos decidido defender. Hay que tener como norte buenos principios, sin cinismo. Y poner rumbo y levantar el vuelo. Volar alto es fundamental, porque la gravedad ya intenta rebajarnos. Somos mucho más que el suelo. El tiempo con sentido es aquel en el que damos la cara.

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