Un casino en Gaza

En tiempos de incertidumbre, es revelador observar qué libros escalan de repente entre los más leídos, pues son reflejo de un estado de ánimo colectivo. A veces, resurgen clásicos con nueva vigencia, como La peste durante la pandemia, o 1984 tras la invasión de Ucrania, cuando se convirtió en el libro más descargado en las plataformas digitales rusas. Otras veces, son artículos que, por su precisión, parecen dar en el clavo.

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ACN

Desde hace un mes, uno de los más leídos en la revista estadounidense The Atlantic es “Cómo Hitler desmanteló una democracia en 53 días”, del historiador Timothy W. Ryback, autor de Takeover, un ensayo reciente sobre el ascenso del nacionalsocialismo. No son nuevos los paralelismos entre el Führer y el inquilino del despacho oval y, lejos de ser una falacia ad hitlerum, van más allá del simple recurso retórico. Por ejemplo, ya en 1990, una reputada periodista de Vanity Fair contó que Ivana Trump afirmaba que su marido releía con cierta frecuencia un volumen de discursos de Hitler que guardaba junto a la cama. Según uno de sus abogados, además, el magnate creía ya entonces en la teoría de la gran mentira: la tergiversación sistemática de los hechos, tal como se aplicó en la Alemania de los años treinta.

Los manuales de estilo de Trump y Hitler comparten rasgos inquietantes

No es que Trump y Hitler sean equiparables, pero sus manuales de estilo comparten rasgos inquietantes: la estigmatización de las minorías, el uso de un lenguaje hiperbólico, la informalidad en la gestión del poder, el desprecio por la ley y los acuerdos, la amenaza como instrumento de negociación, la erosión del discurso político o el revanchismo. Así se acaban verbalizando con desparpajo medidas como el envío de migrantes a Guantánamo o la expulsión de los gazatíes para reemplazar la miseria impuesta por hoteles y casinos en una soñada futura “Riviera de Oriente Próximo”. La franja, como una casilla más del Monopoly.

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Si algo enseñaron aquellos cincuenta y tres días que analiza Ryback es que la democracia no solo proporciona los medios para su consolidación, sino también para su desmantelamiento. Confiar en que las instituciones se autorregulan mediante un sistema de controles y equilibrios es ignorar la capacidad de los oportunistas para detectar y explotar los puntos débiles.

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