Una vez más, este mozo acierta. Otras veces, no, como nos pasa a todos. Ahora, se erige en líder europeo y define lo que es democracia. Empieza diciendo lo que no es. No es “un euro, un voto”. No es “un tuit, un voto”. Y una vez que ya ha calentado al auditorio, dice lo que es. Es… silencio… “una persona, un voto”. Gran ovación.
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Supongo que lo ha dicho mirando a Washington, capital de la nación en la que recientemente ha habido elecciones y han votado por el vencedor 77.303.573 personas, mientras que por la perdedora lo han hecho 75.019.257.
Trump no ha atacado a Europa, la ha ignorado, que es peor
Ya lanzado, este mozo ha inventado una palabra, la tecnocasta. Supongo que se refiere a Musk, Bezos, Zuckerberg y Cook, o sea, cuatro personas y, en frase de Sánchez, cuatro votos. Y remata: “Por tanto, Europa debe plantar cara a esta amenaza y defender la democracia”.
Por cierto, mientras el mozo Sánchez se postulaba como el demócrata por esencia mientras volaba a Davos para confirmarlo, se olvidaba de que, en Estados Unidos, 152.322.830 personas, votando, habían descubierto lo que es la democracia, mientras Sánchez necesitaba decirlo delante de seis personas, ministros suyos, que supongo que aplaudieron el descubrimiento con entusiasmo.
Faltaba un ministro, el de Asuntos Exteriores, que, en una entrevista con Carlos Alsina, decía que “no hay ningún inconveniente en tener la mejor relación posible con la Administración Trump”. Por ahí van las cosas.
Y además, es el momento de avanzar en la construcción de Europa. Porque Trump no ha atacado a Europa. La ha ignorado, que es peor.
Pues ánimo, Sánchez. A trabajar en serio y a decir pocas tonterías, porque este mozo, Trump, no es un blandito, como hay bastantes por ahí.