La defensa de las ideas de ley y orden han sido siempre más un patrimonio de las fuerzas conservadoras que de las progresistas. Sin embargo, Salvador Illa se ha enganchado siempre a este banderín y no para de repetir que “la seguridad es un valor de izquierdas”. Su argumento es que los ciudadanos que viven en barrios populares no tienen medios para poder costearse una protección privada y la Administración debe garantizarles su seguridad. No es de extrañar, por tanto, que su Gobierno se haya hecho suya la campaña que nació por parte de entidades de la sociedad civil barcelonesa contra la multirreincidencia. En este diario ya se lo hemos explicado muchas veces: el problema endémico de la falta de juzgados para atender debidamente los pequeños hurtos, que no se solventaban ni aumentando las plantillas de policía, ni cambiando las leyes. Es muy deprimente ir narrando las andanzas de presuntos delincuentes que eran detenidos decenas de veces, pero que inmediatamente recuperaban la libertad para seguir campando a sus anchas.
El ministro de Justicia, Félix Bolaños, anunció en septiembre que se crearía una comisión de trabajo con el Govern de la Generalitat para buscar una solución a este déficit a finales de este año. Estamos tan acostumbrados a promesas de los dirigentes políticos que mueren en las hemerotecas que nuestro escepticismo derivó en un artículo del propio ministro en el que afirmaba que recogía el guante que le habíamos lanzado y que se proponía resolverlo. Pues bien, Bolaños se reunió ayer en Barcelona con su homólogo Ramon Espadaler, el propio Illa y el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, para anunciar que se crean cuatro nuevos juzgados de lo penal y un tercero de delitos leves para paliar todas estas carencias. No está todo resuelto y serán necesarios más, pero es un avance muy significativo.
Hoy mismo se celebrará en Barcelona una Junta de Seguridad con la presencia de otro ministro, Fernando Grande-Marlaska, para discutir una ampliación de 2.000 o 3.000 mossos que se sumen a la actual plantilla de 22.000. Lo de la seguridad, valor de izquierdas, parece que va en serio.