Cierra la galería

EL JARDÍN DE LOS SENSATOS

Cierra la galería
Divulgador económico

Cerró la galería. Con pena. 45 años de trabajo se acaban. Con un poco de ilusión y uN poco de cansancio, porque el trabajo ilusiona, pero cansa, como todo lo que está bien hecho.

Cansa y deja poso, hacia fuera y hacia dentro. Hacia dentro, dejando un “descanso, quietud, reposo”. Ya no hay que levantarse pronto para atender a ese cliente que, “no sé por qué”, me decía la directora, “entra todos los días para decir ‘hola’. Compra por las tardes, pero saluda por las mañanas”.

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En una tienda que tuvo mi familia, mi padre leía el periódico todos los días en la puerta. Saludaba a los que pasaban, decía ‘buenos días’ a los empleados y un cuarto de hora más tarde, entraba ‘a trabajar’. Realmente, estaba trabajando desde hacía un buen rato.

Cuando le sucedí, un empleado me aconsejó que hiciera lo mismo. No le hice caso. Ahora me arrepiento.

Allí estaba el sedimento. 45 años de trabajo. 20 primeras firmas reconociendo la seriedad, la competencia y el cariño

Sigue hablando la directora de la galería. “Eso se acabó. Me puedo levantar cuando quiera, pero, curiosamente, me sigo despertando a la hora de siempre. No tengo que ir a la galería, pero lo echo en falta. Bueno, ya me acostumbraré”.

Han pasado unos pocos días. Me llama. Está emocionadísima. Resulta que, a media mañana, ha oído murmullos en la puerta. Al principio no les ha dado importancia. Como crecían los murmullos, ha salido a ver qué pasaba. Y se ha echado a llorar.

Se ha encontrado con unos 20 pintores que habían expuesto en la sala, todos con sus útiles de pintura, reproduciendo el escaparate de la galería.

Cuando me lo contaba, me acordé de que el DRAE dice que el poso es “un sedimento”.

Allí estaba el sedimento. 45 años de trabajo. 20 primeras firmas reconociendo la seriedad, la competencia y el cariño.

Me acordé de mi padre.

Y yo también me emocioné.

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