¿Somos animales sociales? Está claro. Necesitamos relacionarnos, interactuar, comunicarnos. La soledad está muy sobrevalorada. Todos buscamos a veces tiempo en soledad, aquellos espacios que nos permiten estar a gusto con nosotros mismos y nuestros secretos. Sin embargo, la buena compañía alimenta la vida de los seres humanos. Tenemos la necesidad de conversar, intercambiar palabras y complicidades. Estudios recientes apuntan que vivir solos aumenta las posibilidades de padecer alzheimer. Cada vez hay más personas que viven solas. Muchas no lo han elegido. Es uno de los males de este siglo. Como necesitamos socializar, se inventan numerosas fórmulas que favorecen los encuentros.
¿Somos animales lectores? Desgraciadamente, no siempre, ni todos. El placer de la lectura pasa de largo por muchas vidas. Los que tenemos la fortuna de haberlo conocido sabemos que leer es una gran arma contra la soledad.
Reading Rhythms es el nombre de un invento estadounidense para unir la fiesta y la lectura. Comenzó como un experimento de un grupo de amigos. Fue en el verano del 2023. Unos amigos de Nueva York que eran lectores constataron que no les daba la vida para leer. Vivían en una sociedad saturada de estímulos. Así que organizaron un encuentro para leer, socializar, festejar y divertirse. Fue en la azotea del edificio Brooklyn, donde se reunieron diez personas. Prepararon una lista de música, y cada uno llevaba su libro de lectura. Combinaron ratos para leer y tiempo para socializar. No era un club de lectura, sino una fiesta de lectura. El reto de hacer un buen maridaje entre elementos tan contrapuestos como el silencio que exige leer y la alegría sonora propia de un festejo.
La gente que se apunta a Reading Rhythms acude con un libro bajo el brazo
Aquella primera quedada para leer en una azotea dio pie a muchos otros encuentros. La gente se apunta y acude a la celebración con un libro bajo el brazo. Durante los ratos de lectura silenciosa cada cual lee. Después vienen las conversaciones sobre literatura y vida, que al final son lo mismo. Se pueden añadir ingredientes o detalles: butacas vintage, cerveza, velas decorativas… según el poder de la imaginación de los organizadores. Los encuentros se han convertido en una fórmula de éxito. Cada vez que se celebra uno hay lista de espera. Si somos lectores que se encuentran con otros lectores, podemos pasarlo bien.