La única fobia positiva

La única fobia positiva
Escritor y enigmista

Hoy, 7 de octubre, hace un año del último atisbo de un fuego que arde flamígero desde hace medio siglo sobre las cenizas de fuegos anteriores. Hamas provocó una masacre entre los asistentes a un festival de música que se celebraba a menos de cinco kilómetros de la frontera entre Gaza e Israel, cerca del kibutz Re’im, con asesinatos cruentos, comportamientos brutales y toma de rehenes. La respuesta del eficiente ejército israelí en Gaza ha sido brutal y desproporcionada, incluso desde un punto de vista aritmético. La catastrófica extensión del conflicto al Líbano e Irán es analizada minuto a minuto por expertos en geopolítica de todo tipo, documentados, indocumentados e indocumentables , el único adjetivo que se me ocurre para calificar a aquellos que van a tiro fijo y ya ves que ningún dato hará tambalear sus simpatías por uno de los dos bandos.

A Palestinian man assists a woman in a wheelchair past the rubble of a house destroyed in the Israel's military offensive, amid the Israel-Hamas conflict, in Khan Younis, in the southern Gaza Strip, September 26, 2024. REUTERS/Hatem Khaled

 

Hatem Khaled / Reuters

El resto, los mortales no expertos en geopolítica, dependemos del marco mental que sustenta nuestro menú informativo. Nos cuesta dar opiniones ponderadas porque sabemos que en la guerra la equi­distancia es la posición ideal para recibir proyectiles mortales de ambos lados, pero nos gustaría seguir las palabras de Joanot Martorell en Tirant lo Blanc : “Los que dejan pasar la vida mudos y sin com­prometerse me parecen muertos vi­vientes”.

La enésima guerra de Israel contra el mundo árabe y viceversa genera dos fobias

La enésima guerra de Israel contra el mundo árabe y viceversa genera dos reacciones viscerales execrables: judeofobia (o antisemitismo) e islamofobia. Ambas fobias embrutecen cualquier debate sereno sobre la situación en Oriente Medio y también sobre la convivencia entre los ciudadanos de la Unión Europea o Estados Unidos. La energía que los humanos del siglo XXI destinamos a las fobias es más tóxica que las grasas satu­ra- das, los combustibles fósiles, los gases de efecto invernadero y los residuos radiactivos todos juntos. Las fobias, a menudo sobrevaloradas, son vientos pestilentes y quien las siembra recoge tempestades. La única fobia realmente positiva para la convivencia entre los humanos que garantice su supervivencia es la fobofobia, es decir, la fobia a todos los que sienten fobias. Necesitamos una terapia fobofóbica ya.

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