Armas blancas a debate

El fenómeno de las armas blancas, cuchillos, navajas, puñales y machetes, no es exclusivo de Barcelona, tampoco de Catalunya y, ni siquiera, de España. Afrontar el debate a partir de cifras oficiales, admitiendo con transparencia y sin temor que hay un problema, es el primer paso para empezar a trabajar. Una labor que no puede ser solo policial. Hoy contamos en las páginas de Vivir cómo la Guardia Urbana ha intensificado sus inspecciones dirigidas a los grupos de riesgo; sabemos por otras crónicas del trabajo de los Mossos d’Esquadra y del resto de policías locales en las calles. Por tanto, las armas blancas se están sacando de la circulación. A algunos les gustaría a mayor ritmo. Pero creemos que es el momento de que el legislador plantee un endurecimiento en las penas que implica la tenencia de estas armas cuando el individuo por ejemplo tiene antecedentes derivados de un uso delictivo. Y, por supuesto, evitar que los miles de sanciones firmadas por los policías acaben archivadas porque han prescrito y el infractor no ha sido sancionado.

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