El debate migratorio sacude a Alemania

El debate migratorio sacude a Alemania

Tras el atentado que causó tres muertos en la ciudad de Solingen, efectuado presuntamente por un solicitante de asilo sirio, en Alemania ha vuelto a abrirse con fuerza el debate entre el Gobierno tripartito y la oposición sobre cómo intensificar las medidas para prevenir el terrorismo y conseguir un mejor control de la inmigración. Todo ello en vísperas de las elecciones del domingo en los länder orientales de Sajonia y Turingia, en que la extrema derecha de Alternativa para Alemania (AfD) parte como gran favorita y a la que el ataque de Solingen ha proporcionado más munición xenófoba y populista.

El lunes, el canciller Olaf Scholz, acosado por las críticas, prometió acelerar las expulsiones de refugiados ilegales para intentar calmar el debate sobre la política migratoria, así como endurecer la legislación sobre las armas, para “expulsar a los que no pueden ni deben permanecer en Alemania”. El atentado fragiliza un poco más a la coalición gobernante, presionada desde hace tiempo para que deporte más eficazmente a los inmigrantes cuya petición de asilo ha sido denegada y retome la expulsión de delincuentes a Siria y Afganistán. La opositora CDU ha pedido que no se acepten peticiones de asilo de personas de esos dos países, lo que el Gobierno ha rechazado pues violaría la Constitución alemana.

El atentado de Solingen aumenta las críticas al Gobierno y agita las elecciones

El atentado ha reforzado la percepción, alimentada por AfD, de que “el Estado está completamente sobrepasado”, y por eso la oposición se ha apresurado a pedir más dureza por entender que el Gobierno no hace lo suficiente y su política migratoria es un fracaso. Existe un consenso social en el país de que es necesario acelerar los procesos de expulsión y evitar que determinado tipo de personas entren en Alemania.

El Ejecutivo, formado por socialdemócratas, liberales y verdes, recuerda que no hay soluciones fáciles para problemas complejos y que el número de nuevos llegados al país está bajando precisamente por los estrictos controles fronterizos, mientras han aumentado las deportaciones. Pero lo cierto es que el número de personas “toleradas” para permanecer en el país por razones humanitarias u otros motivos ronda las 200.000. Scholz se reunió ayer con el líder opositor, el democristiano Friedrich Merz, quien le propuso un pacto para reducir la inmigración ilegal elaborando nuevas leyes que sean votadas en el Bundestag sin la disciplina de la coalición, recordando que la CDU y el SPD tienen mayoría en la cámara. Para Merz, el problema es el gran número de inmigrantes en condición irregular.

Este debate influirá en las mencionadas elecciones regionales del domingo, en las que AfD puede ser la fuerza más votada por primera vez en su historia. La inmigración, junto con la guerra de Ucrania y la inflación, alejan al este de Alemania de los partidos tradicionales, y ello podría tener importantes consecuencias en las elecciones generales del año próximo.

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