Los datos que confirman la buena salud del consumo en los Estados Unidos han devuelto la euforia a las bolsas de este país –la primera economía del mundo–, que ve alejarse los riesgos de una eventual recesión. El índice bursátil Standard & Poor’s (S&P) ha alcanzado esta semana los máximos del año. Este índice, que agrupa a quinientas empresas, es el más representativo de la economía y refleja mejor las tendencias de fondo que el Dow Jones o el Nasdaq, que son mucho más volátiles.
El consumo, medido por la evolución de las ventas al detalle, ha aumentado el 1% en julio, mucho mejor de lo esperado, mientras las inscripciones al paro semanales empiezan a reducirse. Junto a ello se ha detectado una mejora del índice de confianza de los hogares. Todo ello son datos positivos que auguran que la economía de Estados Unidos mantiene su intenso ritmo de crecimiento, que fue del 2,8% en tasa anual en junio.
El aumento de las ventas minoristas es otro dato que aleja el riesgo de recesión
El diagnóstico más certero sobre la situación económica de Estados Unidos se espera que proceda de las declaraciones que realice Jerome Powell, el presidente de la Reserva Federal, en la tradicional reunión veraniega de los banqueros centrales de todo el mundo que se celebra esta semana próxima en Jackson Hole, en el estado de Wyoming. Los mercados financieros estarán atentos a las pistas que confirmen las expectativas que hay sobre una posible bajada de los tipos de interés en la reunión de la Reserva Federal prevista para el 18 de septiembre. El buen comportamiento de la inflación en julio, que se ha situado en el 2,9%, abona esta tesis. Desde marzo del 2021 la inflación no se había situado nunca por debajo de la barrera psicológica del 3%. En realidad, se da por seguro que bajarán los tipos de interés en Estados Unidos. Lo que se desconoce es la cuantía, que podría oscilar entre el 0,25% y el doble. Actualmente la banda más alta de los tipos de interés se halla situada en el 5,50%.
Lo que decida la Reserva Federal este próximo mes de septiembre tendrá importantes repercusiones en la campaña electoral hacia la Casa Blanca. Una rebaja importante en el precio del dinero, y por tanto de las hipotecas y de los préstamos, reforzará las posibilidades de la candidata Kamala Harris frente a su rival Donald Trump, ya que se interpretará como un éxito de la política económica de los demócratas.
La economía de Estados Unidos, en suma, afronta la recta final de la campaña electoral con alto crecimiento, inflación controlada y un paro por debajo del 5%. Pero una parte de la población aún piensa que hay riesgo de recesión y que la vida todavía es muy cara, como Donald Trump no se cansa de repetir en sus discursos. Buenos datos económicos, pues, contra percepción social y propaganda.