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El CGPJ necesita un presidente

Hoy a las 11 h de la mañana se reunirá en sesión plenaria del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), con el propósito de elegir a su nuevo presidente. El pasado miércoles, el CGPJ no lo logró. Consiguió reducir una lista de siete candidatos a dos: la magistrada Pilar Teso, propuesta por el ala progresista, y el magistrado Pablo Lucas, propuesto por el ala conservadora. Pero en las varias votaciones que se llevaron a cabo no fue posible deshacer el empate a diez votos entre ambos, por lo que se aplazó la elección hasta hoy. Confiamos en que no haya que posponerla una vez más.

Al reiniciar el proceso de elección, se establecerá de nuevo esta mañana una primera lista de siete magistrados candidatos, entre los que se cuentan los dos finalistas del miércoles. De hecho, será el tercer intento, puesto que hubo ya hubo uno el martes 30 de julio, que acabó sin la mayoría necesaria de tres quintos para elegir al nuevo presidente del CGPJ para los cinco años venideros. Y un segundo intento, ya citado, el jueves 1 de agosto, por igual infructuoso.

Los veinte magistrados del Alto Tribunal deberían resolver hoy, sin demora, la elección

La ley señala que este alto órgano judicial debe elegir presidente entre los tres y los siete días siguientes al pleno en el que se propusieron candidatos, cosa que en esta ocasión sucedió el jueves 25 de julio. Es decir, hace ya un total de once días.

Fuentes próximas a la institución subrayan que no estaríamos fuera de plazo, puesto que las sucesivas reuniones, formalmente, se han ido interrumpiendo y reanudando. Pero se hace difícil olvidar la reciente y lamentable historia, en lo tocante a renovaciones, del CGPJ, que ha permanecido durante cinco años largos con el mandato de sus integrantes caducado.

A mediados de junio, el presidente del Gobierno creyó oportuno recurrir a un ultimátum y amenazar con una reforma legal que hubiera desprovisto al CGPJ de su poder para nombrar a los jueces del Supremo o a los presidentes de otros tribunales superiores y de las audiencias provinciales. Solo siguiendo este método expeditivo se logró poner término a una sucesión de excusas, bloqueos y demás artimañas, que llevaron a una crisis institucional de muy graves consecuencias para el prestigio de la función judicial en nuestro país.

Con este ominoso antecedente en el recuerdo de todos, conviene que los veinte magistrados que integran el CGPJ cumplan cuanto antes, a poder ser hoy mismo, con su primer mandato, que no es otro que elegir presidente. Deben quedar atrás los tiempos en los que lo irregular y lo inusual se convirtieron en norma, y avanzar hacia la plena funcionalidad de las instituciones. Por ejemplo, del CGPJ, tantos años paralizado por intereses de parte.