Para escribir la columna diaria del mes de agosto conviene saber que es un mes propenso a desgracias y tragedias. Los datos no engañan: erupción del Krakatoa (1883) o del Vesubio (1979), invasiones bélicas (Japón invade Corea) y bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki. Tanques soviéticos ocupando Praga, y en California y Haití, incendios y terremotos. Más tragedias: naufragios de inmigrantes rumbo a las Canarias, el huracán Katrina devasta Nueva Orleans y unas inundaciones provocan millones de víctimas en China. ¿Desgracias individuales? A san Juan Bautista lo degollaron en agosto. Elvis Presley y Marilyn Monroe pasaron a peor vida por una sobredosis de medicamentos. Diana de Gales murió en un accidente a causa del cóctel de embriaguez de su chófer y del celo de los paparazzi que la perseguían. En una dimensión más cercana, los atentados de Cambrils y de la Rambla provocaron un dolor, una mezquindad política y unas heridas sociales que aún no han cicatrizado.
En el ámbito periodístico, la vieja alternancia entre ritmo trepidante invernal y placidez veraniega ha sido devorada por la insaciable instantaneidad. Consecuencia: cuñadean tanto los que dicen “en agosto nunca pasa nada” como los que repiten “no es verdad que en agosto nunca pase nada”. ¿La política? Solía propiciar géneros gaseosos, con líderes que, junto a una piscina, presumían de haber desconectado. Ahora les tocará imitar a los malos estudiantes que, después de hacer el zángano durante todo el curso, deben apresurarse a encontrar, en segunda instancia, una solución a la investidura. No podrán perder de vista la vida política de EE.UU. y de Francia, que, como las barbas de los vecinos, queman con llamas premonitorias. Y deberán estar pendientes de Carles Puigdemont, virtuoso de los giros argumentales y del espíritu de Jimmy Jump.
Y hablando de cromos: ¿qué cromo del Barça actual será el que hace más ilusión?
¿Y el fútbol? Si antiguamente las competiciones empezaban a finales de agosto, tras el ritual del trofeo Joan Gamper, ahora ya estamos inmersos en las giras preparatorias de la temporada. Una temporada que empezará pronto y que ha alterado los sistemas de producción de los fabricantes de cromos y los hábitos de los coleccionistas. Y hablando de cromos: ¿qué cromo del Barça actual será el que hace más ilusión?
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