Nuevo Port Olímpic

Nuevo Port Olímpic

La transformación del Port Olímpic ha sido tan radical que, desde ayer, hay que hablar de que Barcelona tiene un nuevo Port Olímpic. Después de varios años de obras los ciudadanos disponen de un nuevo espacio portuario, deportivo y recreativo de más de 20.000 metros cuadrados que reconectan Barcelona con el Mediterráneo. Nada recuerda al viejo Port Olímpic, que se inauguró en 1991 en el marco del nuevo frente marítimo diseñado para los Juegos Olímpicos de 1992, y cuyo uso degeneró posteriormente con la expansión en la zona de locales de ocio nocturno de dudosa reputación y que fueron foco de conflictividad.

La fiesta de inauguración del nuevo Port Olímpic, presidida ayer por el alcalde, Jaume Collboni, da la bienvenida –en esta ocasión– a la celebración de la Copa del América, la principal competición náutica del mundo, que tiene lugar este verano en Barcelona.

La ciudad recupera un espacio urbano que combina deporte, ocio, cultura y economía

Es importante la recuperación de ese espacio ciudadano junto al mar y el esfuerzo de diseño y construcción realizado por los técnicos, arquitectos y urbanistas. La reconfiguración del muelle de Mestral ha dado paso a una plaza de 8.000 metros cuadrados de estancia y paseo ajardinados, con una gran pérgola de madera, prevista para programar actos culturales y lúdicos, como serán próximamente los de las fiestas de la Mercè y los de la Regata Cultural de la Copa del América.

Sobre el dique de Recer se ha construido, además, un paseo-mirador, con vistas al mar y a buena parte del litoral barcelonés. En el muelle de Gregal se ubica el llamado Balcón Gastronómico, en el que a finales de agosto empezarán a abrir un total de nueve restaurantes y tres tiendas gastronómicas. Asimismo el nuevo Port Olímpic acoge un núcleo de empresas orientadas a servicios y actividades relacionadas con la economía azul, aquella que tiene que ver con el mar, las actividades marítimas y la náutica. Todo ello, además, conectado directamente con la ciudad a través de nuevos accesos.

La regeneración de la nueva zona marítima, que pone fin a lo que se había convertido en un punto negro de la ciudad, combina pues la apertura al mar con actividades culturales, lúdicas, gastronómicas y económicas, en lo que pretende ser un espacio público de calidad. El objetivo, a partir de ahora, debe ser preservar el esfuerzo y la inversión realizada.

El frente marítimo barcelonés se complementará, en este mismo mandato municipal, con la construcción de un parque urbano con vocación marinera que conectará la playa de la Mar Bella con el Fòrum. Con ello se completará el frente marítimo que abrió Barcelona al mar durante los Juegos Olímpicos de 1992 y que reconfiguró la imagen y la vida de la ciudad. Bienvenido sea pues, ahora, el nuevo Port Olímpic para disfrute y beneficio de todos los ciudadanos y visitantes.

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