El Parlamento Europeo surgido de las elecciones de junio en los 27 estados de la Unión Europea se constituye hoy en Estrasburgo y su primera tarea será elegir por mayoría absoluta a su presidenta. La maltesa Roberta Metsola, del Partido Popular Europeo, es la candidata para repetir en el cargo.
Arranca así la décima legislatura para sus 720 eurodiputados, en la que la gran coalición europeísta que históricamente ha marcado la agenda –conservadores, socialdemócratas y liberales– sigue reteniendo la mayoría absoluta y ya ha negociado el reparto de los grandes cargos comunitarios, como las presidencias de la Comisión, del Consejo y de la Eurocámara, así como el alto representante para Asuntos Exteriores. La legislatura empieza con los populares como principal grupo (188 escaños), seguido de los socialdemócratas (136) y Patriotas por Europa (84), que supera a Conservadores y Reformistas Europeos (78) y a los liberales (77). La mayoría centrista activará un cordón sanitario para que la institución no esté representada en puestos de responsabilidad por eurodiputados de ultraderecha.
La legislatura se abre con mayoría centrista y una ultraderecha con más peso pero dividida
Porque los resultados de junio evidenciaron también un importante avance de las fuerzas de extrema derecha europeas. Pese a ello, ese impulso en las urnas no se ha materializado en la formación de un único grupo parlamentario, lo que hubiera supuesto una auténtica pesadilla para las instituciones comunitarias.
Aun así, Patriotas por Europa, impulsada por el premier húngaro Viktor Orbán, se ha acabado configurando como la tercera fuerza gracias a que se le han unido el Reagrupamiento Nacional de Le Pen, la Liga de Salvini y Vox, además de partidos checos y austriacos. Alternativa para Alemania finalmente ha formado otro grupo, Europa de las Naciones Soberanas.
Orbán ha robado diputados a ECR, liderado por Georgia Meloni, que se ha resistido a los cantos de sirena del líder euroescéptico húngaro. Que la premier italiana haya quedado arrinconada podría beneficiarla al ofrecer una imagen más moderada frente a Patriotas por Europa, pese a que ya quedó relegada en la negociación para repartir los altos cargos comunitarios. Veremos si su grupo respalda al final a Ursula von der Leyen cuando se vote su nombramiento el día 18. En el 2019, solo obtuvo 19 votos más de los 361 necesarios y no está garantizado que todos los eurodiputados populares, socialdemócratas y liberales la apoyen.
Con un Parlamento Europeo más dividido y tensionado, los grandes temas por discutir para los próximos años van a ser objeto de duros debates y enfrentamientos. De acuerdo con la Agenda Estratégica de la UE para el periodo 2024-2029, aguardan carpetas ciertamente complejas. Entre ellas la seguridad, la defensa, la energía, la inmigración, la inteligencia artificial y el marco regulatorio fiscal y financiero. Junto a ellos, asuntos como el debate de la ampliación para la entrada de los países de los Balcanes Occidentales, Ucrania y Moldavia. Habrá que ver asimismo cómo queda el Pacto Verde, para el que se propone una Europa fuerte, competitiva y segura. También estará sobre la mesa del Europarlamento la reforma de los tratados, necesaria antes de poder asumir la entrada de nuevos países en una UE ampliada en la que ya será imposible tomar decisiones por unanimidad.
Todo apunta en principio a que esta será una legislatura con una relativa continuidad y controlada por populares, socialistas y liberales, pero en la que tendrá un mayor protagonismo una ultraderecha que, aunque dividida, puede tener un papel importante para obstaculizar carpetas tan claves como la inmigración y la Agenda Verde. Además, la Eurocámara deberá intentar ganar mayor visibilidad y protagonismo frente a las otras instituciones europeas –Comisión y Consejo Europeo–, que se han fortalecido, ya que muchos temas de la nueva agenda estratégica, como la seguridad, la ampliación y la política exterior, refuerzan una toma de decisiones intergubernamental.