Colores y política
Europa, estatal y políticamente, tiene dos colores muy definidos, rojo y azul. En España, el rojo se identifica con el PSOE y el azul, con el PP. Izquierda y derecha. Hay otros partidos y colores, pero básicamente el espectro político es rojo y azul.
Es curioso que en EE.UU. estos colores se relacionen ideológicamente de forma opuesta. El rojo se asimila al Grand Old Party (GOP), el Partido Republicano, la derecha, y el azul, con el Partido Demócrata, la izquierda, o centroizquierda para ser más precisos.
Resulta chocante que el rojo, que universalmente se identifica con la izquierda, sea el color del partido que, de momento, apoya a Donald Trump. El rojo se relaciona con el Partido Republicano desde el año 2000. Tradicionalmente, el GOP no tenía ningún color identitario, pero el empuje de la infografía en las cadenas televisivas durante los períodos electorales y las noches de recuento perfilaron de facto esa decisión, poco coherente con la propia historia del siglo XX pero que ha terminado arraigando en el país. Pese a que rojo y azul no han sido adoptados oficialmente por los dos grandes partidos de EE.UU., las grandes cadenas siguen utilizándolos como elemento visual para sus informativos.
Rojo y azul identifican las ideologías políticas de EE.UU. y Europa de forma opuesta
La primera vez que esta fórmula se adoptó masivamente fue en el 2000 en la campaña presidencial que enfrentó a George W. Bush, que resultó ganador, y Al Gore, el vicepresidente de Clinton que sucumbió en una noche electoral con muchas irregularidades en los colegios de voto.
Es, pues, la influencia de las grandes cadenas televisivas lo que explica el hecho de que Trump utilice el rojo como color identitario. Su corbata y su gorra de béisbol rojas con el lema “Make America great again” son ya dos elementos intrínsecos a su polémica figura y discurso político.
A medida que nos acercamos a las convenciones de agosto y al desenlace y consecuencias de la crisis abierta por el estado físico de Joe Biden, EE.UU. está muy dividido. Veremos unos debates interesantes en las convenciones de Milwaukee (Wisconsin) y Chicago (Illinois), donde republicanos y demócratas presentarán sus candidatos definitivos. Será el primer paso para saber lo que votarán en los diferentes estados y territorios, y de qué color se teñirá la Casa Blanca para los próximos cuatro años.