El final de la cuenta atrás

FUTUROS IMPERFECTOS

El final de la cuenta atrás
Màrius Carol Consejero editorial

A partir de hoy, día 26 de junio, empieza la cuenta atrás de dos meses para que Salvador Illa consiga negociar un acuerdo con la dirección de ERC, lo que tampoco resultaría definitivo porque las bases tendrán que refrendarlo. Todo eso en medio de una crisis descomunal de los republicanos, que tienen un congreso por delante, fijado para el 30 de noviembre. En realidad, es lo más parecido a negociar sentados sobre una caja de dinamita, mientras uno de los comisionados se fuma un puro. Si no recuerdo mal, eso hacía el correcaminos con el coyote en uno los episodios de la serie de dibujos animados de la Warner, antes de salir pitando.

Fachada del Palau de la Generalitat, a 22 de febrero de 2024, en Barcelona, Catalunya (España). El Palau de la Generalitat es la sede de la Presidencia y del Gobierno de Cataluña. Se trata de uno de los pocos edificios de origen medieval en Europa que se mantiene como sede del gobierno y de la institución que lo construyó. El edificio original se adquirió en el año 1400 y durante el siglo XI se amplió y convirtió en un palacio gótico. Se incorporaron nuevos elementos respetuosos con el estilo gótico previo durante el siglo XVI y, durante el siglo XX, se realizaron cambios y se adquirió más de un centenar de piezas de arte moderno, vanguardista y contemporáneo.

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David Zorrakino/Europa Press

En esta explosiva negociación, Pedro Sánchez está dispuesto a jugar fuerte. Lo más complicado será concretar la oferta de financiación singular, que ha causado nerviosismo no solo entre los barones del PP, sino también en las propias filas socialistas. El Gobierno no aceptará la salida del régimen común que reclaman los independentistas, pero podría diseñar un pacto fiscal que supusiera un salto cualitativo en recursos. Las cuestiones de la defensa del catalán ofrecen menos problemas.

A partir de hoy, los partidos tienen dos meses para evitar la repetición electoral

Illa necesita amarrar asimismo los votos de los comunes, pero la disposición de Jéssica Albiach al acuerdo es evidente. Las políticas de vivienda y la patata caliente del Hard Rock en Tarragona son asuntos más fácilmente asumibles.

Faltan sesenta días para evitar la repetición electoral. La responsabilidad final de la vuelta a las urnas, si no se produce un acuerdo, también pasará factura a quien aparezca como principal responsable. La sensación es que los republicanos, sometidos a una fuerte presión por su guerra interna, apurarán el tiempo al máximo. Lo que siempre conlleva un riesgo. Recuerdo haber visto en televisión hace un par de semanas la llegada de la final de 20 kilómetros marcha del Campeonato Europeo de Atletismo, donde la española Laura García-Caro perdió la medalla por relajarse y levantar los brazos antes de hora, en lugar de mirar a su derecha, por donde llegaba inesperadamente la marchadora ucraniana, que le arrebató el podio. A veces, la derrota es el resultado de despistarse. Y lo peor es la cara de bobo que se te queda.

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