De adolescente fui ERC

De adolescente fui Esquerra Republicana. Me dejaba copiar en los exámenes por tipos con padres ricos que molaban o me pedían dinero para almorzar que nunca me devolvían. Les hacía favores para hacerme sentir convergente, pero nunca lo conseguía del todo. Les votaba para que fueran delegados pero luego hacían fiestas y no me invitaban. Olvidado hasta el siguiente examen o cuando se les acabara el dinero.

Catalonia's regional incumbent president of separatist party Esquerra Republicana de Catalunya - ERC (Republican Left of Catalonia) Pere Aragones (L) shakes hands with 'Junts per Catalonia' (Together for Catalonia) MP Josep Rull prior the plenary session of the new Catalonia Parliament hold at the Generalitat Palace in Barcelona on June 10, 2024. Spain's governing Socialist Party won regional election in Catalonia on May 12, snatching away separatist parties' majority. (Photo by Josep LAGO / AFP)

  

Josep Lago / Afp

Al mínimo gesto de rebelión, me llamaban traidor, español o empollón. La suya siempre fue una trampa perfecta. Eran los patrones y yo, el conserje, que si era solícito, se aprendían el nombre de pila y quizás me desearan feliz Navidad. Cuando eres adolescente y Esquerra Republicana, estás lleno de complejos y dejas el jardín de casa de tus padres para Sant Joan a los chicos mayores y a las chicas altas y sosas que estudian Derecho pero solo para tú tirar bombetas y pagar Fantas mientras ellos tiran cohetes al cielo y colillas a tu piscina de plástico.

Al mínimo gesto de rebelión, me llamaban traidor, español o empollón

Nunca tienes suficiente dinero para dejar de ser adolescente y Esquerra Republicana ni esa cara que tienen los convergentes de ser su padre también convergente, trabajar en La Caixa y hacer bromas divertidísimas sobre españoles y flatulencias. Nunca tienes suficiente pedigrí para ser ellos porque apenas tienes abuelos franquistas y bufetes de notarios y madres funcionarias y padres que visten corbata en Barcelona y bermudas en Sa Tuna. En una guerra mundial, beberían Vichy pero dirían que es ratafía o al revés, depende de quién se lo preguntara. Pero hay algo peor que ser adolescente y Esquerra Republicana que es ser adolescente Esquerra Republicana y hacerte el hombrecito alto y del Estudiantes y convocar unas elecciones, perderlas y, avergonzado, volver a dar las llaves de la finca a los amos o a sus hijos, a los de siempre.

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