Los viejos fantasmas

FUTUROS IMPERFECTOS

Los viejos fantasmas

En su último mitin en Barcelona, Alberto Núñez Feijóo proclamó: “Si quieres darle un disgusto a Sánchez, coge la papeleta del PP”. Así que, a su juicio, las elecciones europeas de hoy van de disgustar al socialista, cuando muchos pensábamos que nos estábamos jugando la manera de afrontar el cambio climático, la despoblación de las zonas rurales mientras las ciudades se convierten en parques temáticos, la desigualdad entre las personas, nuestra capacidad de acabar con la pobreza, la contaminación de los mares, la desaparición de los insectos en los bosques o las sequías que matan las cosechas y amenazan la vida en el planeta. 

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Mané Espinosa

Y todo eso, con dos guerras terribles a las puertas de Europa, que nos interpelan a diario y que nos obligan a dedicar más recursos a la industria bélica. Sin olvidar que el discurso del odio recorre Europa de la mano de la extrema derecha y que las noticias falsas cercan la verdad. Un dato: desde que empezó la guerra de Ucrania han sido expulsados un millar de espías rusos.

Hoy no se trata de “darle un disgusto a Sánchez”, sino de salvar la UE del totalitarismo

La derecha de este país, que tiene un mal perder, pretende que estas elecciones sean un plebiscito (otro más) sobre Pedro Sánchez, cuando está en juego la propia concepción de Europa. El compromiso que democristianos, liberales y socialdemócratas asumieron tras la Segunda Guerra Mundial para que Europa fuera un territorio unido, solidario y libre, concebido como un Estado de bienestar y donde nunca más los europeos fueran víctimas de los totalitarismos peligra, mientras en España nos miramos el ombligo.

En 1849, Victor Hugo ya intuyó que un día no muy lejano los estados europeos formarían una república internacional, donde el cosmopolitismo se impondría a los sentimientos nacionales. Llegó a escribir que nada le había horrorizado más que la guerra de Crimea, cuando “los ferrocarriles y barcos de vapor europeos en vez de transportar los abundantes regalos de la naturaleza de aquí para allá, como amistosos intercambios entre hombres, llevaban soldados y máquinas de destrucción”. 

Hoy no se vota a Sánchez o a Feijóo, sino el futuro inmediato de Europa, donde los viejos fantasmas del odio y la sinrazón quieren salir de sus tumbas para atraparnos de nuevo.

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