Vida de orquídeas

Vida de orquídeas

Hay dos tipos de orquídeas. Unas son minúsculas y efímeras, de una belleza salvaje. Pero solo duran unos días. Los bulbos permanecen ocultos bajo tierra hasta que llegan las lluvias de primavera y entonces dan un estirón y salen a la superficie. No es fácil verlas. Por la sequía y porque los ecosistemas en los que florecen son cada vez más escasos. Esta ha sido una primavera buena, de lluvia abundante. Y ha sido más fácil ver orquídeas diminutas como las Ophrys (que también se conocen como abejeras, porque han transformado su forma hasta parecerse al insecto que debe polinizarlas).

Hay otro tipo de orquídeas. Comparadas con las mediterráneas, son gigantescas. Las traen de lugares lejanos como Tailandia o Kenia, o de invernaderos en Holanda. Son flores envaradas, de perfume penetrante y de belleza altiva. Sorprende verlas ocupando toda una sala en grandes comercios como Ikea, por ejemplo, alineadas como si fueran un ejército de Xian. Imponen.

Las locales, pequeñas y frágiles, desaparecen; las tropicales son una industria global

Las orquídeas tropicales están hoy por todas partes. En el súper de al lado. En especial las Phalaenopsis (hay 30.000 especies de orquídeas). Las orquídeas tropicales embrujaron a la alta sociedad victoriana, que las asociaba al sexo y a la decadencia. La aristocracia competía por obtener los bulbos de las especies más raras y poder cultivarlas en sus invernaderos. El sexto duque de Devonshire hizo construir un invernadero que ocupaba media hectárea para cultivarlas. La fascinación por las orquídeas se prolongó vía glam en los años setenta y ochenta. El diseñador Halston enviaba orquídeas y cocaína a sus amigos para sus cumpleaños. Prince tenía un invernadero de orquídeas en el sótano de su mansión.

Las orquídeas tropicales del súper son un producto de la globalización. Las diminutas orquídeas mediterráneas son un regalo que desaparece ante nuestros ojos en tiempos de cambio climático, contaminación química y pérdida de la biodiversidad. Es la paradoja de esta primavera (recogido de un tuit de Enric Capalleras). Más flores que nunca, pero menos polinizadas que nunca. El más alto número de grandes animales desde hace siglos (jabalís, corzos, gamos...), pero al mismo tiempo el menor número de pequeños animales en milenios.

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...