Desde que fue investido Jaume Collboni, la actividad institucional propia de la alcaldía de Barcelona se ha incrementado respecto a la época en que Ada Colau ostentaba la máxima representación de la ciudad. La utilización de los comedores de la planta 8 del edificio Novíssim, donde se preparan los almuerzos y cenas que el alcalde ofrece a los visitantes de más postín, ha aumentado considerablemente. Ese uso intensivo y el paso del tiempo han hecho mella en el lavavajillas, que ha estado funcionado durante más de 20 años, desde que esta cocina se construyó con todos los aparatos necesarios en el 2003. Desde hace unos meses el electrodoméstico no limpia bien y con mucha frecuencia hay que llamar a un técnico para que lo repare. No sale a cuenta y por ello se ha decidido sustituirlo por otro nuevo y más grande. Tampoco saldrá barato: el concurso para su adquisición cuenta con un presupuesto de licitación de 4.300 euros. Si dura tanto como su predecesor, la inversión habrá valido la pena.
El lavavajillas de Collboni
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