Las elecciones municipales parciales celebradas en el Reino Unido han sido el último test previo a los comicios generales que deben celebrarse en enero del 2025, aunque Rishi Sunak ha adelantado que serán a finales de año. Y los resultados conocidos hasta ahora confirman que el suplicio del Partido Conservador del premier parece no tener fin. Sigue en caída libre.
Los británicos eligieron el jueves a los más de 2.500 concejales de cerca de un tercio de los ayuntamientos de Inglaterra y Gales, y las alcaldías de varias ciudades, entre ellas Londres, cuyo resultado se sabrá hoy aunque todo indica que el laborista Sadiq Khan será reelegido. Los resultados hasta anoche muestran una contundente victoria del Labour, hasta el punto de que su líder, Keir Starmer, pidió ayer a Sunak que convoque las elecciones generales de inmediato “para pasar página”.
Los resultados de las elecciones locales confirman la caída en picado de los ‘tories’
El recuento parcial coloca a los conservadores –que podrían acabar perdiendo la mitad de los ediles que tenían– en tercer lugar, detrás de laboristas y liberaldemócratas. El laborismo ha logrado también el triunfo en la elección parcial de un nuevo diputado en la circunscripción de Blackpool Sur, para sustituir a un legislador tory que dimitió por supuesto tráfico de influencias. El único aspecto negativo para el Labour ha sido la dificultad para arrancar votos en áreas de grandes poblaciones musulmanas, debido a la postura fuertemente proisraelí de Starmer en la guerra de Gaza.
El alcance final de la derrota conservadora dependía en gran medida del resultado en las alcaldías de Tees Valley y de West Midlands, dos de las más importantes en disputa. La primera han logrado retenerla los tories , lo que ha dado aire a Sunak, y el resultado de la segunda se sabrá hoy.
La más que probable abultada derrota conservadora podría dar lugar a una nueva revuelta interna del sector más duro del partido, lo que podría poner en peligro el liderazgo de Sunak y le abriría la perspectiva de tener que dejar el poder. Si el descontento interno contra el premier se materializara y su liderazgo fuera puesto en cuestión, haría falta que el llamado Comité 1922 del partido recibiera 50 cartas de diputados pidiendo una votación para decidir si Sunak sigue al frente de los conservadores. Ayer el presidente del partido, Richard Holden, dijo estar seguro de que Sunak seguirá como premier, pero vaticinó “unos cuantos días duros”. Los resultados son sin duda muy malos para el premier, pero no parecen lo suficientemente duros para desafiar su liderazgo y forzar su renuncia.
Por contra, en las filas laboristas los resultados reafirman su confianza en lograr una amplia victoria en las generales después de catorce años de gobiernos tories . Las encuestas colocan al Labour 20 puntos por delante de los conservadores.
El varapalo sufrido por el partido de Sunak podría traducirse, cuando hoy se tengan los resultados finales, en su peor resultado en unas municipales en 40 años, con unas pérdidas cercanas a los 500 concejales. Con las generales en el horizonte, estos comicios locales han sido vistos y analizados con un prisma nacional que viene a confirmar que una victoria laborista este otoño es prácticamente segura.
Una severa derrota conservadora podría dejar abierta la posibilidad de que Sunak optara por adelantar las elecciones, aunque si conserva los feudos de Tees Valley y West Midlands podrían suponerle un balón de oxígeno. Su gestión no ha mejorado la imagen del partido, ya muy tocada por los errores económicos de Liz Truss y los escándalos éticos de Boris Johnson. Y ahora la ciudadanía le castiga por la inflación, las listas de espera de la sanidad pública, la marcha de la economía y su política migratoria, entre otros aspectos.
El shock político por estos resultados seguirá durante días y las cosas no se van a poner fáciles para el primer ministro, para quien todo indica que esta puede haber sido su penúltima derrota en las urnas y la sentencia de muerte electoral para él y para los tories en las próximas generales.