El empujón de Montero

FUTUROS IMPERTECTOS

El empujón de Montero

Ortega y Gasset distinguía entre la moral del político y la moral del ciudadano, no solo por el hecho de que el político tenga que hacer cosas que pueden entrar en contradicción con su propia conciencia, sino porque en su caso está obligado a ser ejemplar. Esto es lo que vino a decirle la vicepresidenta María Jesús Montero al ex ministro José Luis Ábalos, ahora parlamentario socialista en el Congreso, cuando proclamó públicamente que, si fuera él, sabía lo que haría; es decir, entregar su acta de diputado. Y es que hay dos cosas que no se pueden permitir los políticos ni los espías: estar bajo sospecha. Por más que John Le Carré escribiera en El peregrino secreto que en algunos oficios se sobrevive fingiendo que muchas cosas no están allí o no son lo que parecen.

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Manuel Bruque / EFE

Ábalos vive sin vivir en él, desde que saltó el escándalo de las mascarillas, según el cuál un asesor de su confianza, como era Koldo García, cobró comisiones millonarias en los primeros días de la pandemia. Con un dato adicional definitivo: que el tal Koldo habría ingresado 16,5 millones solo en contratos del ministerio de Transportes, al frente del cual estaba Ábalos. Nadie ha acusado aún al ex ministro y ex secretario de Organización del PSOE de participar en esta trama, ni tampoco está siendo investigado. Pero los errores se pagan y las sombras de la duda nunca protegen. Como la oveja negra del cuento de Monterroso, las generaciones venideras podrán hacerle un monumento en el parque, pero hoy está políticamente desahuciado.

La moral del político es distinta a la del ciudadano, porque debe ser ejemplar

El PSOE está obligado a explicarse en el Congreso sobre esta trama de corrupción y a Ábalos no le queda otra que dejar su escaño. El PP exige saber por qué fue cesado en la remodelación del Consejo de Ministros en verano de 2021, al tiempo que era relevado como número tres del partido. Ernesto Ekaizer ha revelado que, cuando Sánchez le anunció la salida del Gobierno, Ábalos le preguntó si había algún motivo para el cese y la respuesta fue afirmativa, sin querer explicarle el motivo.

También lo dijo Ortega: el pasado no nos dirá lo qué debemos hacer, pero si lo que debemos evitar. Y Ábalos sabe que en estos casos hay que devolver el acta y evitar que el caso le arruine la vida.

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