El problema agroalimentario actual en el mundo se llama arroz. Las sequías en los principales países productores de este cereal y la suspensión a la exportación decretada por algunos de ellos, como es el caso de India, han disparado los precios en el mercado internacional y el temor a que haya escasez. La cotización del arroz se ha disparado el último año un 20%, y hasta el 30% en algunas de sus variedades, mientras que el resto de los alimentos tienden a la baja. Su precio es el más alto que se ha registrado en los últimos quince años.
El incremento del arroz contribuye a un aumento del índice de precios de consumo (IPC) en los países ricos, pero, en cambio, en los pobres puede crear serios problemas de subsistencia para amplias capas de la población. Se calcula que hay 4.000 millones de personas –la mitad de la población mundial– que tienen el arroz como base de su dieta diaria.
En el último año el precio ha subido más de un 20% en los mercados internacionales
No se vislumbra a corto plazo una solución para el encarecimiento de este cereal. Aparte de la especulación que pueda haber en los mercados internacionales, las causas climáticas que afectan a su producción son muy claras. Desde el 2011 hasta el 2021 la producción ha aumentado como promedio solo un 0,9%, porcentaje insuficiente para atender la demanda de la creciente población mundial. Lo grave es que, a partir de ahora, puede empezar a reducirse a consecuencia del mayor impacto del calentamiento climático y de las sucesivas sequías que sufren algunos países productores. Una subida de un grado de temperatura provocaría una caída de producción del 3,3%.
El factor más determinante en el aumento del precio del arroz registrado en los mercados internacionales en el último año, sin embargo, está en la decisión de India de limitar sus exportaciones, que representan el 40% del comercio mundial de dicho cereal. El Gobierno del presidente Modi adoptó dicha medida ante la inminencia de las elecciones este año en su país, para garantizar el suministro y los precios a sus ciudadanos. Llenar el vacío que ha dejado India en el mercado mundial de arroz será difícil a corto y medio plazo. El Banco Mundial, de entrada, pronostica que los precios permanecerán altos a lo largo del 2024 si India mantiene las restricciones y si la producción de otros países no aumenta.
La actuación proteccionista de India con el arroz ha puesto en alerta a la comunidad internacional sobre el riesgo de que el impacto del cambio climático provoque actuaciones similares en otros países y productos que puedan desequilibrar la producción y el comercio de alimentos a escala mundial. A corto plazo, sin embargo, lo más urgente es que los organismos internacionales, desde la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) hasta el Banco Mundial, adopten planes de emergencia para socorrer a los países más pobres que puedan sufrir hambrunas y tensiones sociales por el encarecimiento de su alimento básico.