Milei, Argentina y el dólar

Javier Milei ganó las primarias para la presidencia en Argentina y es el favorito en las próximas elecciones. ¿Cómo ha llegado un candidato que hace campaña con una motosierra, denunciando a la casta política, a liderar las encuestas? La respuesta está en la profunda crisis del país, una inflación que supera ampliamente el 100%, mucha pobreza, irresponsabilidad fiscal crónica, y todo empeorado por una grave sequía. Sucesivos gobiernos han hundido la economía con una gestión nefasta y corrupta que lleva a la desesperación a muchos argentinos. La herencia del peronismo desde que Juan Domingo Perón llega al poder en 1946 es alargada. Ha dominado los últimos 20 años la política económica, con el paréntesis de Mauricio Macri, que no fue capaz de enderezar el país. Argentina funciona con préstamos del FMI, al que ahora debe 44.000 millones de dólares.

FILE PHOTO: Supporters of Argentine presidential candidate Javier Milei hold dollar bills with his face on them, during a campaign rally, in Buenos Aires, Argentina September 25, 2023. REUTERS/Cristina Sille//File Photo

 

Reuters

Milei es un economista libertario con ideas de derecha radical y de personalidad inestable. Su idea estrella es eliminar el banco central y dolarizar el país. Así espera poner fin a la máquina de imprimir billetes para financiar el gasto del Gobierno, donde más del 70% son beneficios sociales o subsidios económicos. Argentina importaría credibilidad del banco de la Reserva Federal de EE.UU., suprimiría la inflación y podría pedir prestado sin que los inversores tuvieran que pedir una prima de riesgo por una posible devaluación del peso. Sin embargo, la dolarización controla la inflación pero no elimina el riesgo de descontrol del déficit público y de impago de la deuda, como demuestra el caso de un país dolarizado desde el año 2000 como Ecuador. A una economía dolarizada se le quita capacidad de respuesta a las perturbaciones económicas y financieras, tanto para bien como para mal.

Solo una reforma que deje atrás el populismo puede volver a llevar el país a la prosperidad

La idea es que el gobierno se volvería fiscalmente responsable al no tener disponible el grifo monetario. Es una idea similar a que la adopción del euro haría que los países introdujeran reformas para aumentar la productividad y seguir políticas fiscales sostenibles. Por eso se puso una cláusula de no rescate de los países en los tratados europeos para constituir el euro. El resultado fue que esas reformas no se produjeron en países del Sur de Europa, y que estos de todos modos acabaron siendo rescatados.

Argentina implantó una dolarización más blanda a principios de los noventa, intentando mantener una paridad fija con el dólar (una currency board), pero la abandonó en el 2001 por falta de crecimiento económico, sobrevaloración del peso y problemas para pagar la deuda externa. El resultado fue una crisis económica muy severa y otro impago de la deuda. Es mucho más difícil deshacer una dolarización de la economía como la que plantea Milei. Además, no hay ninguna garantía de que funcione. Añadimos que para realizarla el banco central necesitaría reservas en dólares por más de 35.000 millones cuando ahora tiene un déficit de cerca de 9.000 millones de dólares. La perspectiva de conseguirlas parece, pues, poco realista.

En resumen, no hay forma indolora de importar credibilidad del exterior en un país donde las instituciones no acompañan y la política populista está arraigada. Argentina era uno de los países más ricos del mundo a principios del siglo XX y tiene activos como un nivel de educación elevado. El Banco Mundial lo clasifica todavía como un país de renta elevada. No hay solución mágica para Argentina, solo una reforma institucional en profundidad que deje atrás el populismo puede volver a llevar el país a la prosperidad.

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