La ciudad de los ‘perrhijos’

La ciudad de los ‘perrhijos’

Al histórico “fútbol es fútbol” que se marcó Rajoy en sus articulitos en El Debate por el Mundial viene ahora a relevarle otra sentida frase no menos lapidaria. Esta: “Un perro es un perro”.

Trataré de explicarme. Imagínese que es miércoles, diez de la mañana, Barcelona. Una señora en la cincuentena sale de un portal empujando una especie de cochecito con un caniche dentro. El can va atado. No está enfermo ni nada. Tiene las extremidades delanteras y traseras perfectamente sanas, algo que esta periodista comprueba después de seguirles el rastro un par de calles. En un momento dado, la mujer desata al caniche, lo coge por el torso y, tras besarlo en el morro, lo deja en el suelo para que el animal eche una meada en el platanero. El regreso al cochecito se lleva a cabo rápido, con el mismo ritual, sin tiempo a que el can se ensucie las patas.

Animalismo (desaforado) urbanita.

Rearview shot of a young woman carrying her adorable husky puppy at home

 

Yuri Arcurs peopleimages.com

Hay que sentir mucho desdén hacia el pobre chucho para sacarle así a pasear. No es que lo diga yo, que he llorado ya la muerte de tres perros en mi vida. Es que lo dicen expertos en psicología animal (los hay), que avisan de que este tipo de comportamientos perjudican el desarrollo de las bestiecitas. Podríamos reírnos de la situación de la mujer del carrito si no fuera porque da lástima. ¿Qué será lo siguiente al cochecito de paseo? ¿Una fiesta de cumpleaños, con tarta incluida?

Una cosa es respetar a un perro y otra muy distinta atribuirle rasgos humanos hasta el extremo de confundirlo con un bebé. Lo que me lleva a escribir que, para hacer lo que algunos de mis congéneres practican en la Tierra con los animales, más le hubiera valido al planeta haber frenado la evolución de las especies.

Cosas como esta impresionan poco. Estábamos advertidos: en España ya hay más perros que niños. La era de los perrhijos. Un perro no te quita el sueño, no se rebela en la adolescencia, no hace botellón ni se atrinchera en casa hasta los 35. Noble, leal, cariñoso, tierno, bondadoso. Los canes suelen ser mejores que muchas personas, por lo que estamos obligados a tratarlos como se merecen, no a maltratarlos como lo que no son.

Un perro es un perro.

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