La baja de Rafa Nadal, todavía no recuperado completamente de la lesión que se produjo en su pierna izquierda durante el Open de Australia, hará que, por segundo año consecutivo, el doce veces campeón del Open Banc Sabadell-Trofeo Conde de Godó no pueda competir esta semana en la edición de este año del torneo, que arrancó el sábado con la fase previa.
Sin embargo, esta ausencia, así como la del ruso Daniil Medvédev, no ensombrece ni quita cantidad ni calidad al elenco que conforma el cuadro final de tenistas que se enfrentarán estos días en las pistas de Pedralbes del Real Club de Tenis Barcelona. Es este uno de los torneos más queridos del circuito por los jugadores por ser de club, lo que se ha traducido en la presencia de cuatro top ten como Carlos Alcaraz, actual número 2 del mundo, Stefanos Tsitsipás (3), Casper Ruud (4) y Jannik Sinner (8), además de Cameron Norrie, Frances Tiafoe y Karen Khachanov, entre otros, junto a los españoles Roberto Bautista y Alejandro Davidovich, así como Feliciano López, que dirá adiós al torneo después de veintidós participaciones.
Barcelona vuelve a su cita anual en Pedralbes con el mejor tenis sobre tierra batida
Un plantel de tenistas que promete emoción, calidad y partidos disputados. Una cita anual que, desde 1953, atrae a decenas de miles de aficionados al deporte de la raqueta y que este año tiene una importancia especial al celebrar su edición número setenta.
El Godó, que nació con la vocación de extender la práctica del tenis entre los barceloneses, se ha convertido en un acontecimiento imprescindible en la primavera deportiva catalana, donde además viene coincidiendo con la festividad de Sant Jordi, como ocurrirá el próximo domingo, día de la gran final.
Para la edición de este año se prevé una afluencia de unos cien mil aficionados, y el impacto económico que el torneo supone para Barcelona es cada vez más elevado, alrededor de los 50 millones de euros. Pero en lo estrictamente deportivo, esta edición se presenta apasionante. Tras ganar dos torneos en la gira americana, entre ellos el Masters 1000 de Indian Wells, Alcaraz recobra el contacto con la tierra batida e intentará repetir el triunfo conseguido el año pasado frente a Pablo Carreño. Tsitsipás y Ruud, no muy afortunados la semana pasada en Montecarlo, intentarán mejorar sus prestaciones.
Pero además de un gran acontecimiento deportivo, el Godó es también un evento social y ciudadano con más peso a cada edición que pasa. La simbiosis del torneo con Barcelona es total desde hace años. Existe una profunda comunión entre este torneo deportivo y la ciudad, y por extensión, toda Catalunya, precisamente porque el Trofeo Conde de Godó es más que un simple evento deportivo que reúne a los mejores tenistas mundiales sobre tierra batida. Es una muestra y una evidencia de la preparación y profesionalidad de los organizadores y de los patrocinadores, de su continua preocupación por convertir el Godó también en lugar de encuentro de deportistas, empresarios, políticos, gente de la cultura y miles de aficionados que llenarán las gradas del RCTBarcelona.
El Godó es también un torneo cada vez más sostenible, inclusivo, preocupado por ampliar y diversificar los actos de todo tipo paralelos a la jornada tenística, y escenario en su village de numerosos encuentros sociales y ciudadanos. Esta doble vertiente, la deportiva y la social, viene contribuyendo desde hace años a consolidar lo que se ha venido en llamar la “marca Barcelona” y a lanzar al mundo la imagen de una ciudad abierta, moderna y plural.
El Open Banc Sabadell-Trofeo Conde de Godó ha adquirido una madurez que lo convierte en uno de los mejores torneos del mundo sobre la arcilla y ha sabido fidelizar, superándose año tras año, a decenas de miles de espectadores que esperan esta cita anual. El sábado arrancó esta edición número setenta que, estamos convencidos, volverá a batir récords. Barcelona ama el tenis y el Godó le da la oportunidad de poder ver a los mejores jugadores. Empieza el espectáculo.