El ‘candidato’ Mendoza

FUTUROS IMPERFECTOS

El ‘candidato’ Mendoza

El Cercle d’Economia ha tenido la feliz ocurrencia de empezar un ciclo sobre Barcelona ante las elecciones municipales, no con uno de los candidatos a la alcaldía, sino con el escritor Eduardo Mendoza. Y se agradece, porque la ciudad necesita más cariño que programas y más respeto que proclamas. Jordi Amat presentó a Mendoza como el escritor cuyo relato sobre Barcelona –más urbano que nacional– y su evolución es el que se ha consolidado. Fue él quien encontró una cita atribuida a uno de sus grandes alcaldes, como fue Rius i Taulet, impulsor de la Exposición Universal de 1888, incluida en La ciudad de los prodigios, que dice: “Solo dos cosas me hacen sentir alcalde: gastar sin freno y hacer el bandarra”. Hoy seguimos gastando más de lo razonable, pero sus sucesores han cambiado hacer el bandarra por darnos la tabarra.

Mendoza tuvo el acierto de evitar el sermón y se queda con que el éxito de Barcelona fue despertar del franquismo como una bella durmiente, mostrando una gran vitalidad y sabiendo mantener el equilibrio entre tradición y modernidad. Recuerdo haberle preguntado a Pasqual Maragall, tras los Juegos de 1992 y el cambio en profundidad de Barcelona: “¿Y ahora que más nos toca hacer?”. Y el alcalde respondió: “Disfrutarla”. Pero de un tiempo a esta parte queremos volver a reinventar la ciudad como modelo de sostenibilidad y de todas las innovaciones. De momento hemos puesto patas para arriba no solo las calles, sino bastantes de nuestros valores, pero sin exprimir la capacidad de pacto entre los ciudadanos.

MIQUEL GONZALEZ

 

Miquel González

El escritor se conforma con que Barcelona vuelva a ser una ciudad de cultura

El escritor, que alguna vez se ha presentado como “un hombre de principios que no se ha tomado demasiado en serio ninguna ideología”, se conformaría con que Barcelona volviera a ser una ciudad de cultura. Y recordó como, en una feria del libro en París, Barcelona se explicaba con Gaudí, el Barça y Ferran Adrià. Y le parece admirable, pero él apuesta por la cultura entendida como un lugar de debates, exposiciones y conciertos. Escuchándole, recordaba una sentencia suya de Sin noticias de Gurb: “No hay en toda la Tierra gente tan aficionada al trabajo como los catalanes. Si supieran hacer algo, se harían los amos del mundo.”

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