Dorothy Parker decía que escribir bien sobre alguien puede ser la mejor venganza. Como Corinna Larsen no es tan sofisticada en eso de las vendettas y, como redactar no es lo que mejor hace, ha recurrido al podcast con la colaboración de dos periodistas. En total, ocho capítulos para explicar su relación con Juan Carlos de Borbón, desde el día en que se conocieron en la finca de caza La Garganta, en Ciudad Real, hasta la aventura cinegética de Botsuana donde el rey se rompió la cadera.
Poco queda por conocer de su relación con el rey emérito tras sus repetidos spoilers
¿Tiene algo que explicar que no sepamos? Difícilmente. Le hemos leído entrevistas, escuchado grabaciones con Villarejo y oído testimonios en los tribunales. Solo faltaba un podcast que distribuirán seis plataformas. Será su última bala para herir al emérito, pero sobre todo para intentar decantar la opinión de la corte británica a fin de que prospere su litigio contra Juan Carlos de Borbón a quien acusa de haberla amenazado mediante los servicios secretos españoles para conseguir que devolviera los 65 millones de euros que en su momento le donó el entonces rey.
Pero son tantos los spoilers que Corinna ha dado a conocer en los últimos años que cuesta saber qué podrá contar de nuevo. Sabemos que ella le impresionó en su primer encuentro por sus conocimientos sobre armas, que el romance comenzó cuando ella tenía 39 años y aún estaba casada con un aristócrata alemán que le permitía presentarse como princesa, que el rey la llamaba diez veces al día, que la dama se instaló en un pabellón de caza en la finca de la Zarzuela (La Angorrilla) que tuvo que arreglar Patrimonio Nacional, que él pensó en divorciarse, que se encariñó con el hijo de Corina para el que preparaba barbacoas, que Corinna durmió en el hospital cuando fue operado de pulmón y que la cacería en Botsuana fue un regalo a Alexander por su décimo cumpleaños.
Estaría bien que ella contara cómo intentó beneficiarse de la agenda del monarca, los negocios que arregló, por qué no pudo conseguir la comisión del contrato del AVE a la Meca y cómo logró un botín compensatorio. Y por qué, al acabar la relación, se le cerraron muchas puertas. Este fue el último error del emérito y la espoleta retardada de su venganza.