Carla Simón es parte de la historia de Alcarràs desde el momento en que su película fue elegida como candidata a un Oscar. Pero también el carracero Josep Maria Estela, que ha tenido la efímera fama de haber sido durante nueve meses el jefe Mossos, lo que le convierte en candidato a un récord Guinness. Ya dice el refranero de Ponent que “els d’Alcarràs mengen sopes amb un cabàs”, que es una manera de decir que son gente “de vida”. Aunque en el caso de Estela, de vida corta como responsable de la policía catalana. No es fácil explicar por qué el conseller Elena sustituyó a Josep Lluís Trapero por Josep Maria Estela, pero aún es más complicado determinar por qué lo ha sustituido por Eduard Sallent. Si los motivos para quitar a Trapero parecieron una broma (dirección coral, feminización de la cúpula o rejuvenecimiento del mando), las razones por las que ha cesado a Estela aún son más desconcertantes. De hecho, no las ha dado, aunque se ha comprometido a hacerlo en el Parlament.
La crisis de los Mossos es la primera a la que se enfrenta el Govern en minoría de ERC. Y no es menor, sobre todo viendo la reacción de los sindicatos policiales e incluso del anterior conseller de Interior, Miquel Sàmper, que acusó a Sallent de frenar investigaciones policiales. Estela fue nombrado, sin saber que el hombre de confianza del director de la policía era, en realidad, su segundo.
Carla Simón es candidata al Oscar y Josep Maria Estela, a aparecer en el Guinness
Este enredo no beneficia en nada a los Mossos, ni al Govern, así que resulta imprescindible que Elena borre toda sombra de sospecha sobre la intervención de la política en el trabajo de la policía catalana. El conseller debe marcar sus líneas de actuación y sus objetivos, pero en ningún caso interferir en la labor de los profesionales. Ahora ya no vale buscar excusas en el manual de argumentarios de políticos en apuros.
A Estela no se le puede llamar desleal, porque no lo ha sido en ningún momento. El hasta hace 48 horas jefe de los Mossos era hijo de un militante de ERC, que fue el primer alcalde democrático de Alcarràs y tenía las mismas simpatías políticas. Dicen que el hombre, tras negarse a dimitir y ser cesado por el conseller, se fue a labrar su huerto. Otros deberían ir buscando una azada.